El avión Airbus 310 de la Fuerza Aérea Española en el que viaja el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, y 44 de los españoles evacuados de Nepal ha aterrizado a las 09.15 horas en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Se trata de los primeros ciudadanos que llegan a España en la operación de evacuación y repatriación llevada a cabo por el Gobierno y que ha coordinado desde Nueva Delhi (India) el ministro, que se encontraba de visita oficial en el país asiático.
Durante el vuelo, García-Margallo ha intercambiado impresiones con muchos de los españoles, a los que ha visto "agotados" y con ganas de volver a casa, y les ha explicado algunas de las dificultades que ha habido para sacarles de Katmandú tan rápido, tras el terremoto que arrasó el pasado sábado el país del Himalaya.
Desde el aeropuerto de Nueva Delhi, mientras esperaban embarcar con destino a España, la mayoría de ellos ya se mostraban agotados aunque, sobre todo, aliviados al poder volar a España. Mientras saludaban a otros españoles que aguardaban en el mismo aeropuerto un vuelo comercial que les trasladara a España, la mayoría de los evacuados, visiblemente cansados, han trasladado su agradecimiento a la Embajada en India por la rápida evacuación.
Un especial papel protagonista tenía uno de los pasajeros de este vuelo, Oscar Gutiérrez, trabajador de la Constructora San José, que lleva un año en Nepal junto a su mujer y su hija. Las oficinas de esta empresa en Katmandú, muy cercanas al aeropuerto, se han convertido desde el sábado en centro de reunión y refugio de los españoles afectados. Según ha relatado, tras el terremoto que dejó la ciudad arrasada se trasladó a vivir junto a su familia a los oficinas de la Constructora San José, por las que han llegado a pasar desde el pasado sábado unas 128 personas.
Ante los importantes problemas en las comunicaciones tras el devastador terremoto, otros sistemas como la mensajería instantánea Whatsapp o la red social Facebook han permitido a los españoles estar en contacto entre ellos. El 'boca a boca' también les ha llevado en muchas ocasiones a refugiarse en estas instalaciones.
Otra ayuda inestimable que han tenido en Katmandú tras el terremoto ha sido la de la cónsul honoraria de España en Nepal, Ambica Shrestha, propietaria de un hotel que también ha servido de punto de encuentro para los españoles. El propio ministro Margallo ha estado departiendo en el momento de embarcar en la capital india con algunos de los 44 españoles evacuados de Nepal. Muchos de ellos eran turistas, aunque también viajan residentes en Nepal que tienen intención de regresar al país en cuanto se recupere la normalidad.
Entre los muchos turistas, una de ellas ha relatado que el terremoto se produjo el mismo día en que llegó a Katmandú y le pilló recién llegada a la habitación del hotel, en una quinta planta. "Pensaba que no salía del hotel, se movían los armarios", ha relatado. Otros compatriotas han explicado que cuando empezaron a notar el terremoto se encontraban al aire libre y, de pronto, "se movía todo".
Otros 71 españoles regresarán este miércoles a bordo de un avión que fletará la dirección de Asuntos Consulares del Ministerio de Exteriores y que tiene previsto llegar a Nueva Delhi sobre las 6.00 horas (2.30 horas en la Península) y regresar a España a lo largo del día. En ese mismo avión, con una capacidad máxima para 200 pasajeros, también viajarán a España ciudadanos irlandeses, franceses, colombianos y mexicanos, un acuerdo al que han llegado el ministro y el embajador español en India, Gustavo de Arístegui, durante una reunión con el representante de la UE en el país, el embajador de Letonia (país que ostenta la presidencia de turno de la Unión) y los embajadores latinoamericanos para ofrecerles las plazas que quedaran libres.
Con estos 71, habrán sido evacuados un total de 127 españoles que se encontraban en Katmandú. Otros 23 salieron de Nepal por su cuenta y, de los 127 evacuados, 12 se han marchado de Delhi también por sus propios medios. "En este momento no queda en Katmandú ningún español que pueda embarcar", declaró el ministro el martes por la mañana en la Embajada de España en Nueva Delhi.
En Nepal quedan 245 españoles localizados pero fuera de la capital y otros 103 que aún están sin localizar. "Estoy encantado y estaré encantado cuando termine de encontrar y repatriar a los que faltan", ha añadido el ministro, visiblemente cansado pero contento, tras 48 horas de gestiones.
Margallo viajó a la India el pasado sábado por la tarde, aún con las primeras noticias sobre el seísmo, para un viaje centrado en reuniones de alto nivel con el Gobierno indio y en acompañar los esfuerzos de una quincena de grandes empresas españolas para aprovechar el enorme potencial del país en construcción de infraestructuras terrestres y desarrollo urbano, así como su mercado de defensa. Sin embargo, la Embajada española en Nueva Delhi es la encargada de los asuntos relacionados con el vecino Nepal y, el domingo por la mañana --cuando llegó el ministro acompañado por una delegación de empresarios y periodistas-- el personal ya había pasado una noche en blanco tratando de localizar a los españoles que estuvieran en el país.
El jefe de la Diplomacia española se comprometió a no volver a España, o al menos a que no lo hiciera el avión oficial en el que había viajado, sin evacuar de Katmandú a todos los españoles que quisieran salir. Inicialmente se previó que el Airbus hiciese dos viajes a la capital nepalí para evacuarlos a todos, pero la saturación del aeropuerto torció los planes y obligó a buscar otras vías. Finalmente, los primeros 36 llegaron en un vuelo de la aerolínea india Spicejet, a las 2.30 del martes (hora local, las 23.00 horas del lunes en España). Otros 79 viajaron en el Airbus de la Fuerza Aérea española, que finalmente pudo viajar el lunes por la noche y volver a Delhi en la mañana del martes; y los últimos 12 en otro vuelo de Spicejet.