Biarritz se ha blindado por la cumbre del G7. Mañana se reúnen allí los principales líderes mundiales y ya es imposible acceder al centro de la localidad francesa. Todos los ciudadanos tienen que pasar controles.
En total hay movilizados 18 mil policías, 7 mil de ellos españoles. Un gran dispositivo de seguridad para evitar altercados durante la cumbre del G-7 que comienza mañana sábado.
Comienzan los primero incidentes por la cumbre del G7. En Urruñe, Francia, se han levantado algunas barricadas de neumáticos y la Policía ya ha detenido a dos personas.
Comerciantes blindando sus establecimientos, cajeros cubiertos con chapas metálicas, sucursales bancarias protegidas. Las ciudades cercanas a Biarritz se preparan para posibles incidentes violentos en las manifestaciones anti G 7. La Policía francesa revisa maletas, mochilas y vehículos.
Los manifestantes ensayan tácticas de resistencia. La contra cumbre ya ha comenzado en Irún y, junto a movimientos antiglobalización, se dan cita grupos de la izquierda aberttzale vasca. Arnaldo Otegi, Bildu, o Marta Rovira, de Esquerra Republicana y huida en Suiza, participan en los foros.
El centro de Biarritz está cerrado a todo el que no disponga de una acreditación. Incluso los vecinos deben mostrar un pase para llegar a sus casas.
Los vecinos más cercanos a la Cumbre han recibido indicaciones concretas de seguridad. No pueden abrir las ventanas ni permanecer en las terrazas de sus viviendas. Tampoco pueden usar cámaras o prismáticos.
A 20 kilómetros la frontera está vigilada por policías de ambos países. La Guardia Civil vigila por el mar y por el aire. Con controlaban el aterrizaje en Hondarribia de un avión de la comitiva del presidente Trump.
Por otra parte, en la arena de Biarritz una protesta en forma de dibujo recuerda que sólo uno de los siete líderes es una mujer.