Reino Unido
A prisión una profesora por agredir sexualmente y maltratar a un estudiante al que acusó falsamente de violación
A pesar de que en un primero momento acusó falsamente al menor de violarla y amenazarla, la magistrada acabó asumiendo haber mantenido conversaciones sexuales con su alumno, prepararlo para la actividad sexual, mantener relaciones con penetración y poseer fotos íntimas de la víctima.

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En Belfast, Reino Unido, una profesora ha sido condenada a prisión por agredir sexualmente y maltratar a uno de sus alumnos al que acusó falsamente de violación. La acusada será incluida en el registro de delincuentes sexuales durante toda su vida.
Judith Evans, de 33 años, trabajaba como docente en la escuela Modelo de Niños de Belfast, en Irlanda del Norte. Las alarmas saltaron cuando comenzó a mantener una "amistad inapropiada" con uno de los alumnos, al que preparó y explotó sexualmente.
Los delitos se cometieron entre el 1 de marzo y el 17 de mayo de 2024. La víctima estaba pasando por un momento delicado en su vida y la agresora aprovechó para darle su dirección de correo electrónico y su número de teléfono móvil. Seguidamente, comenzó a intercambiar mensajes con el menor, muchos de ellos de índole sexual.
Durante las vacaciones de Pascua del año pasado, la acusada comenzó a enviar fotografías explícitas a la víctima y a ofrecerle pasar tiempo juntos a solas.
En total, se reunieron en dos ocasiones, en las cuales tuvieron lugar las agresiones sexuales. Hubo una tercera ocasión en la que iban a quedarse a solas, pero la víctima no se pudo subir al coche porque Evans llevaba el vehículo de su marido y este no tenía los cristales tintados.
El juicio
Patricia Smyth, jueza encargada del caso, encarceló a Evans en el Tribunal de la Corona de Belfast este viernes y recalcó que la profesora y el alumno habían intercambiado aproximadamente 10.000 mensajes. A su vez, dictaminó que la acusada había disfrutado de la "atracción adolescente del niño hacia ella".
Durante el juicio, se expuso que Evans mintió y defendió que había sido violada y amenazada por la víctima. Sin embargo, a pesar de que en un primer momento negó todos los cargos en su contra, acabó admitiendo que había mantenido conversaciones sexuales con el menor. También reconoció que había preparado al niño para mantener las relaciones, que hubo penetración y que poseía imágenes sexuales del menor. Finalmente, se declaró culpable de pervertir la causa de la justicia.
"Depredadora de niños"
Jill Duffie, inspectora jefe de detectives del PSNI, declaró que Evans "es una depredadora de niños fría y calculadora que estaba en una posición de confianza y abusó de ella aprovechándose de un niño que era su alumno".
Tal y como expresó la inspectora tras la sentencia, la acusada "se aprovechó de las vulnerabilidades de su alumno y construyó una amistad inapropiada con él antes de prepararlo y explotarlo sexualmente".
En lo concerniente a los mensajes intercambiados, Duffie remarcó que "eran muy sexuales y nada menos que repugnantes".
Situación de vulnerabilidad
La jueza insistió en que el menor se encontraba en una situación de vulnerabilidad debido a sus circunstancias familiares. En cuestión de semanas, tras ganarse su confianza e intercambiar mensajes, la agresora invitó a la víctima a reunirse con ella.
"El acusado se encontró con la víctima en dos ocasiones fuera de la escuela donde ocurrió la actividad sexual", expuso la jueza Smith, remarcando que existen referencias en los mensajes acerca de haber mantenido relaciones en la escuela, pero estas no pudieron ser probadas.
"La madre recordó que su hijo regresó a casa luciendo desaliñado en una ocasión con la corbata desabrochada y los botones de su camisa abiertos después de aparentemente haberse quedado para la revisión", explicó la jueza.
La víctima quería suicidarse
Después de que su novia encontrase los mensajes que compartía con su profesora, el menor admitió que quería huir y suicidarse, ya que era consciente de que la Policía tendría que intervenir.
El padre lo llevó a un hospital en el que terminó confesando los abusos sexuales perpetrados por su maestra. Como respuesta, la acusada contratacó incriminando falsamente al menor y acusándolo de violación y de haberla amenazado. A su vez, declaró que su padre está vinculado al grupo paramilitar leal a Irlanda del Norte, la Asociación de Defensa del Ulster.
Sin embargo, la acusada no logró su objetivo, ya que la jueza determinó que "todos estos aspectos eran falsos".
"No hay duda de que el comportamiento del acusado y las secuelas del descubrimiento de estos delitos han tenido un profundo efecto en esta joven víctima y su familia", finalizó la jueza Smith, que inhabilitó a Evans para trabajar con niños durante toda su vida.
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