Instituciones del pueblo boliviano de La Asunta, situado en la zona tropical de Los Yungas (oeste), han impuesto la ley seca y el toque de queda durante 30 días para frenar los abusos a menores. El municipio, las juntas vecinales y la Policía Rural de La Asunta firmaron una resolución a principios de mes que ordena "la suspensión inmediata del funcionamiento de bares y cantinas, licorerías" y de todos los locales de venta de bebidas alcohólicas por 30 días.
La resolución prohíbe la circulación, individual o en grupo, a partir de las 22.00 horas en espacios públicos del pueblo. "Es una ley seca por el bien de todos", dijo el dirigente vecinal Jorge Mendoza a la radio Erbol. La decisión fue tomada tras la denuncia de la violación sexual sufrida por una niña de 11 años el fin de semana pasado. La policía y grupos de vecinos patrullarán las calles y podrán detener a quienes incumplan la normativa, según la resolución citada por el medio boliviano.
La Defensoría del Pueblo ha advertido esta semana que desde enero al menos trece niñas, niños y adolescentes fueron asesinados y 133 fueron víctimas de violencia sexual. La institución dio las cifras tras los disturbios que tuvieron lugar la semana pasada en la localidad minera de Llallagua (suroeste), donde una protesta por la violación y el asesinato de una niña de cuatro años a manos de un joven de 16 años derivó en el saqueo y destrozo de varios edificios.
Los manifestantes de Llallagua incendiaron primero la casa donde vivía el presunto violador y asesino y luego se dirigieron a las oficinas de la Defensoría de la Niñez y a las de la Policía, que fueron saqueadas y quemadas por la turba. En 2014 se registraron en Bolivia al menos 73 infanticidios, de los que 60 corresponden a infantes menores de cinco años, además de 326 denuncias de abuso sexual contra menores. Bolivia es el país latinoamericano son mayores niveles de violencia física contra la mujer y el segundo después de Haití en violencia sexual, según datos de Naciones Unidas.
