Drogas
De promesa académica a un trágico episodio: la historia de Kaylee Muthart, la joven que se arrancó los ojos por el abuso de drogas
Durante un episodio psicótico provocado por una dosis elevada, la joven llego´a arrancarse los ojos mientras alucinaba.
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Kaylee Muthart, una joven de 20 años de Carolina del Sur (EEUU), protagonizó un estremecedor episodio que puso de manifiesto los devastadores efectos del abuso de drogas. Lo que comenzó como un consumo recreativo terminó en una adicción a las metanfetaminas que cambió su vida para siempre.
La joven había destacado durante sus años de escuela, siendo reconocida como miembro de la Sociedad Nacional de Honor mientras trabajaba y mantenía una vida social activa. Sin embargo, su vida comenzó a desmoronarse a los 17 años, cuando decidió abandonar los estudios con la intención de trabajar y ahorrar para la universidad. Esta decisión la llevó a rodearse de personas que la introdujeron en el consumo de drogas, iniciando un camino que pronto se convirtió en una adicción.
Episodios de alucinaciones
El 19 de febrero de 2018, días antes de ingresar en un centro de rehabilitación, Kaylee consumió una dosis de metanfetaminas más alta de lo habitual, lo que desencadenó un episodio de alucinaciones graves.
Según relató más tarde, en su estado mental alterado creyó que su sacrificio era necesario para "arreglar el mundo". Mientras caminaba hacia una iglesia por las vías del tren, comenzó a gritar: "¡Quiero ver la luz!". Un pastor, alertado por sus gritos, corrió en su ayuda y llamó a emergencias.
Kaylee recuerda con horror ese momento: "Recuerdo que pensé que alguien tenía que sacrificar algo importante para arreglar el mundo, y esa persona era yo. Me puse de rodillas, golpeé el suelo y recé: ¿Por qué yo? ¿Por qué tengo que hacer esto?".
Según relató después el pastor, cuando la encontró, Kaylee tenía los ojos en las manos y los había aplastado, aunque aún colgaban de sus nervios ópticos. En palabras de la joven, "los medicamentos que había tomado me habían calmado el dolor, pero si no me hubieran detenido, probablemente me habría clavado las garras en el cerebro".
Una tragedia que pudo evitarse
Kaylee fue trasladada al hospital, donde los médicos realizaron una cirugía de emergencia para retirar lo que quedaba de sus globos oculares y prevenir infecciones. Aunque recibió prótesis oculares, la ceguera fue irreversible. Ahora, con el apoyo de su familia, la joven ha iniciado un proceso de rehabilitación física y emocional mientras busca adaptarse a su nueva realidad.
Quiere lanzar un mensaje de esperanza
A pesar de la tragedia, Kaylee ha decidido compartir su experiencia para alertar a otros sobre los devastadores efectos de las drogas. Según ella, "prefiero estar ciega que depender de las drogas". Aunque admite que su situación es difícil, afirma que ahora siente que tiene una segunda oportunidad para reconstruir su vida.
Kaylee también enfatiza la importancia de la prevención y de tener cuidado con el entorno en el que se desarrolla la juventud, ya que las decisiones aparentemente pequeñas pueden desencadenar consecuencias catastróficas.
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