Las protestas de Brasil, casi tres meses instaladas en el país

Las manifestaciones inundan Brasil desde que Lula da Silva ganó las elecciones el pasado mes de octubre. Y la acumulación de protestas en las calles han sido el detonante de lo que ahora está ocurriendo. Los seguidores de Bolsonaro no dan tregua desde la primera vuelta de las elecciones, cuando la izquierda brasileña se proclamó ganadora.

Desde entonces han pasado ya casi tres meses y el caos se ha desatado en varias ocasiones, además de dejar un país totalmente polarizado. Todo empezó el 30 de octubre, en plena votación y sobre todo después de conocerse el triunfo de Lula. Los seguidores de Bolsonaro bloquearon más de 200 carreteras interrumpiendo el transporte de mercancías en todo el país.

Las calles se volvieron a encender el 15 de noviembre con varias manifestaciones contra Lula da Silva. Fue dos semanas después de la segunda vuelta de las elecciones. Miles de brasileños salieron a la calle para pedir que el Ejército interviniera el día de la toma de posesión de Lula, y así evitar su llegada al poder.

Tan solo cuatro días más tarde se vieron acampadas y vigilias ante las bases militares de las principales ciudades del país para pedir que se produjera un golpe de Estado. Y la manifestación más surrealista llegó el 22 de noviembre, cuando se vio a un grupo de seguidores de Bolsonaro ante un cuartel en Porto Alegre con móviles en la cabeza pidiendo ayuda extraterrestre para salvar el país.

Ya en diciembre empezaron los asaltos a las comisarías en Brasilia. De hecho, un grupo de manifestantes protagonizó el intento de invasión a la sede de la Policía Federal después de que un bolsonarista fuera detenido horas después de acreditar la victoria electoral de Lula da Silva. El día de Navidad, hubo un intento de atentado en el aeropuerto de Brasilia. Un hombre intentó explotar un camión de combustible contra un avión de pasajeros.

Lula da Silva regresa al poder después de 12 años devolviendo la izquierda a Brasil. Han pasado dos décadas después de su primera e histórica victoria. Nadie había ganado unas elecciones brasileñas con tantos votos.

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