Kazajistán
Las protestas y represión en Kazajistán dejan decenas de muertos y más de mil heridos
Las violentas protestas comenzaron por el precio del gas y han terminado en un caos total con aeropuertos ocupados y saqueos por todo el país. El primer ministro y su Gobierno han dimitido en bloque y Rusia ha enviado tropas de apoyo.
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El encarecimiento del combustible y la inestabilidad política ha provocado una crisissin precedentes en Kazajistán. Los disturbios contra el Gobierno kazajo se intensifican día tras día y los muertos ya se cuentan por decenas. Además, hay miles de heridos y la tensión sigue en aumento.
Kazajistán vive estos días las mayores protestas de su historia postsoviética. Protestas que han terminado en violentos disturbios con decenas de víctimas mortales. Además, varias explosiones han sacudido la plaza de la República, en el centro de la ciudad kazaja de Almaty.
Las manifestaciones comenzaron el pasado 2 de enero tras duplicarse el precio del gas licuado, principal combustible automotriz del país.
Reacciones internacionales
Tras días de enfrentamientos entre ejército y manifestantes, el presidente kazajo ha decretado el estado de emergencia en varias regiones y ha pedido ayuda a la alianza militar liderada por Rusia. Ante este llamamiento, Rusia y sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza militar exsoviética, han iniciado el despliegue de sus tropas en Kazajistán para sofocar los disturbios que sacuden el país. "En correspondencia a la decisión del Consejo de seguridad colectiva de la OTSC aprobado el 6 de enero, fue enviado a Kazajistán por un período de tiempo limitado un contingente de paz (...) con el fin de estabilizar y normalizar la situación", ha informado la OTSC, citada por Interfax.
Mientras, la Unión Europea muestra su preocupación por la evolución de la situación en la nación centroasiática.
La compañía aérea Lufthansa ha cancelado "hasta nuevo aviso" los vuelos que conectan Alemania con Kazajistán. Los daños y las pérdidas, que ascienden a los 90 millones de dólares, podrían repercutir en los precios del crudo, el uranio y las criptomonedas.
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