Un nuevo elemento emerge en la Laguna de Venecia: son las gigantescas esclusas, de 320 toneladas cada una, cuyo objetivo será proteger a la Ciudad de los Canales de las mareas.
Se han probado con éxito las cuatro primeras de un total de 78 que serán instaladas en las 3 embocaduras de Venecia. Un ambicioso proyecto que estará concluido en 2017.
Gracias a los pronósticos del tiempo, se sabrá la altura que alcanzará la marea y, cuando sea necesario, se cerrarán las puertas para mantener el agua del mar fuera de la laguna.
El conocido como ‘Plan Mose’ tratará de aliviar un problema que afecta a Venecia desde que fue fundada, hace 16 siglos. Cada primavera y cada otoño, "la Sereníssima" es inundada dos veces al día.
En las partes más bajas de la ciudad, el agua supera los niveles normales en 90 centímetros. Un fenómeno que se está agudizando con el cambio climático.
La ciudad, se hunde cada siglo hasta cuatro centímetros, un reto para el que ya no bastan ni las botas altas ni las pasarelas.
El beneficio para la ciudad será que, además de no sufrir más inundaciones, los millones de pilotes de madera que la sustentan no se destruyan. Los cimientos estarán a salvo.
El proyecto ha requerido imaginación y un espectacular desembolso de 5.000 millones de euros, dinero que se considera bien invertido.
Se trata de salvar el negocio que supone una de las ciudades más visitadas del planeta, con 24 millones de turistas al año, pero ante todo proteger un patrimonio artístico de valor incalculable.
