Surovikin

Putin comienza la purga en el Ejército ruso tras la rebelión de Prigozhin

El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Sergei Surovikin, ha sido detenido por apoyar al líder del grupo Wagner.

A la izquierda, Serguéi Surovikin, general detenido por orden de Vladímir Putin

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Sergei Surovikin, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, ha sido detenido por la Policía rusa bajo la acusación de apoyar al empresario Yevgeny Prigozhin, conocido como el 'chef de Putin' y sancionado por Estados Unidos y la Unión Europea por su implicación en actividades ilegales en muchas partes del globo.

La información la recoge el diario independiente 'The Moscow Times'. Al parecer, Surovikin está encerrado en el centro de detención preventiva de Lefórtovo, en Moscú. El director de 'Eco de Moscú', el reconocido periodista Alexéi Venedíktov también ha informado de que la familia del militar desconoce cuál es su paradero desde la rebelión. La última aparición fue el sábado cuando pedía el fin de la rebelión.

Según fuentes cercanas al caso, Surovikin habría facilitado el acceso de Prigozhin a información clasificada sobre las operaciones militares rusas. Prigozhin es el líder del grupo Wagner, una compañía de seguridad privada que ha sido acusada de enviar mercenarios paramilitares a estos países -como, por ejemplo, Siria o Libia- para apoyar a los aliados de Moscú.

La detención lleva la incertidumbre al Ejército ruso

La detención de Surovikin ha causado sorpresa y conmoción en el ámbito militar y político ruso, ya que se trata de uno de los oficiales más influyentes y respetados del país. Surovikin ha sido el responsable de dirigir las operaciones militares rusas en Siria desde 2017 y fue el responsable de la retirada de las tropas rusas de Jersón, así como de supervisar la modernización y reforma de las Fuerzas Armadas.

Algunos analistas consideran que la detención de Surovikin podría estar relacionada con una lucha interna por el poder entre distintos grupos dentro del Kremlin, que buscan posicionarse ante una posible sucesión del presidente Vladimir Putin, cuyo mandato termina en 2024. Otros, en cambio, ven en este caso una señal de que Putin está dispuesto a tomar medidas drásticas contra aquellos que pongan en riesgo la seguridad nacional o los intereses estratégicos de Rusia.

Lo cierto es que la detención de Surovikin supone un duro golpe para Prigozhin, que ha visto cómo sus negocios y su influencia han sido afectados por las sanciones internacionales y las investigaciones judiciales. El empresario ha negado cualquier relación con Surovikin y ha calificado las acusaciones como una "provocación" orquestada por sus enemigos.

El futuro de Surovikin es incierto: si es declarado culpable, podría enfrentarse a una pena de hasta 20 años de prisión.

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