El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha confesado en una reciente entrevista que, entre los miembros de su gabinete de seguridad personal hay un catador que aparece cada vez que tiene que probar algún alimento.
Se trataría de una forma de combatir el temor de que pueda morir envenenado.
En una conversación con un periodista de la agencia oficial TASS, el mandatario afirmó que una persona es la encargada de probar cada uno de los platos.
En el caso de Putin, su comida no es preparada por un chef, sino por un miembro de la Federalnaya Sluzhba Ojrany, el Servicio Federal de Protección (FSO), para asegurarse de que no sufra un envenenamiento, un miedo constante.
Otros ayudantes de cocina son supervisados por el servicio de seguridad del Kremlin. Además, se hace seguimiento a su entorno más cercano para asegurarse de que no han caído bajo la influencia de fuerzas hostiles.
Vladímir Putin lleva su sal, pimienta y hasta su propia servilleta a los eventos a los que es invitado.
Esto contrapone a la negativa del mandatario ruso de tener un doble, idea que siempre ha rechazado porque no quiere "recambios".
Ya a principios de 2000 sus colaboradores le propusieron utilizar dobles con un alto parecido físico como medida de seguridad, pero se negó a hacerlo.