¿Qué consecuencias está teniendo el impacto de la variante ómicron en el mundo?

El mundo sigue registrando récord de contagios por coronavirus debido a la rápida expansión de la cepa ómicron. Destacan las cifras del continente americano, donde los infectados han aumentado un 50% durante la última semana.

Ante esta situación, los gobiernos debaten sobre cómo abordar la evolución de la nueva variante, que es menos letal pero más contagiosa. Entre algunas de las medidas que se están llevando ya a cabo, está la decisión de acortar el plazo de cuarentena con el objetivo de evitar una oleada de bajas en todos los sectores.

Países como España, Portugal y Francia han reducido el periodo de aislamiento de positivos de diez a siete días para las personas vacunadas y además si en el quinto día los franceses dan negativo, podrán abandonar el confinamiento.

Por su parte, Estados Unidos y algunas provincias de Canadá han acortado a la mitad ese plazo, pasando de los diez días de aislamiento obligatorio para positivos a cinco días, únicamente para aquellas personas que no presenten síntomas.

Consecuencias de la variante ómicron en el mundo

El aumento en el número de contagios de la variante ómicron del coronavirus ha provocado un gran impacto en el mundo. Ejemplo de ello son los miles de vuelos que han tenido que ser anulados, principalmente en los aeropuertos estadounidenses, por las devastadoras consecuencias del temporal que se suman al aumento de casos positivos entre las tripulaciones de las líneas aéreas que han provocado la cancelación de cerca de 3.000 vuelos durante este fin de semana.

Pero la evolución del coronavirus no ha afectado únicamente al sector aéreo. La cadena de contagios se generaliza y afecta también a transportistas, bomberos, empleados de bares y restaurantes, dependientes, entre muchos otros sectores. No obstante, preocupa especialmente el sanitario.

Países como Reino Unido preparan planes de contingencia ante la posible ausencia de hasta un 25% de la plantilla en hospitales y centros de salud.

Para evitar el colapso de todo el sistema a nivel sanitario, pero también de abastecimiento, las autoridades a nivel global insisten en la vacunación, el teletrabajo y la distancia social.

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