¿Qué está pasando en Haití? Las bandas criminales se adueñan de Puerto Príncipe

Las pandillas han tomado las calles de Haití. La situación en el país se ha vuelto aún más crítica en los últimos días, con un incremento notable de la violencia provocado por las bandas criminales que dominan la capital, Puerto Príncipe. Estos grupos han extendido su influencia a lo largo de las principales vías de la ciudad, desencadenando una serie de asaltos coordinados contra estaciones de policía, prisiones y edificios judiciales.

La situación en Haití ha alcanzado un punto crítico que ha llevado al primer ministro, Ariel Henry, a renunciar a su puesto. Henry ha anunciado la creación de un consejo de transición desde Puerto Rico, con el objetivo de guiar a Haití hacia nuevas elecciones. Henry, quien tomó las riendas del gobierno en julio de 2021 después del asesinato del presidente Jovenel Moïse, no ha podido volver a la capital haitiana desde que la crisis se intensificó a inicios de marzo, cuando más de 3.000 reclusos escaparon de prisión.

La noticia de la renuncia fue inicialmente comunicada por Irfaan Ali, presidente interino de la Comunidad del Caribe y líder de Guyana, en una conferencia en Jamaica. Henry confirmó su dimisión poco después, prometiendo que su gobierno se retiraría tras la formación del consejo de transición. En un mensaje a la nación, expresó su gratitud hacia los ciudadanos de Haití y solicitó calma y esfuerzos conjuntos para restaurar la paz y estabilidad en el país lo antes posible.

Jimmy "Barbecue" Chérizier, el líder criminal

En el centro de esta tormenta se encuentra Jimmy "Barbecue" Chérizier, un exoficial de policía convertido en líder de una de las facciones más temidas y quien ha lanzado un desafío directo a las autoridades y a las élites del país. La tensión en Haití aumentó cuando Jimmy Chérizier, considerado el líder criminal más peligroso, amenazó con iniciar una guerra civil si Henry no renunciaba.

Las facciones armadas, tradicionalmente fragmentadas, han anunciado una alianza contra el gobierno, atacando infraestructuras clave y provocando la fuga masiva de prisioneros. Chérizier ha hecho un llamado a la unidad: "Debemos unirnos. O Haití se convierte en un paraíso para todos o en un infierno para todos".

Inseguridad y escasez en las calles de Haití

La inseguridad provocada por los enfrentamientos armados ha deteriorado la estabilidad en la región, afectando gravemente la vida cotidiana de los ciudadanos. Los periodistas que permanecen en la capital cuentan que la vida pública ha quedado prácticamente paralizada. Las instituciones educativas, los negocios, y los servicios de transporte, incluyendo aeropuertos y puertos, están suspendidos. Los hospitales luchan por mantenerse operativos en medio de la crisis, enfrentándose a una escasez crítica de suministros médicos y necesidades básicas.

La falta de agua potable se ha agudizado debido a que los bloqueos impuestos por las pandillas impiden la distribución normal. Además, la escasez de combustible ha llevado al cierre de varias gasolineras, empeorando aún más la situación.

Evacuación de las embajadas en Haití

Ante esta espiral de violencia, varias embajadas, incluyendo las de Estados Unidos, Alemania y la Unión Europea, han comenzado a evacuar a parte de su personal, subrayando la gravedad de la crisis que enfrenta Haití.

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