Las víctimas son miembros una conocida familia que ya se había visto golpeada por el crimen organizad. Su activismo contra los carteles de la droga les ha costado más de una vida. El ataque ocurrió cuando la familia viajaba en tres vehículos, uno de ellos ardió totalmente, murieron tres mujeres y seis niños. Ocurrió en una carretera entre los estados de Chihuahua y Sonora, en el norte de México. Entre los niños asesinados hay uno de 11 años, una niña de ocho y dos gemelas de un año. Son familiares de Julián LeBarón, un conocido activista contra el crimen de la zona.
Oros seis menores resultaron heridos, uno de ellos está grave, con un disparo en la espalda. Las autoridades han explicado que hay varios grupos criminales que se disputan el control de la zona, entre ellos el cartel de Sinaloa. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que todavía hay que aclarar si los asesinos confundieron a la comitiva o si eran de verdad el objetivo.
También se ha referido a la matanza el presidente de EE UU, Donald Trump, ha dicho en Twitter que exige contundencia al Gobierno mexicano en la lucha contra el crimen organizado.
Es momento de que México, ha dicho Trump, con la ayuda de EE UU, libre una guerra contra los cárteles de la droga y los borre de la faz de La Tierra". En el video difundido de uno de los vehículos quemados se puede escuchar a Julián LeBarón, el familiar más conocido de las víctimas llorar ante la escena dantesca que tiene delante. El ataque ocurrió a las nueve de la mañana cerca de la casa familiar desde donde otros miembros de la conocida familia mormona escucharon disparos como si fuera una guerra. Al parecer se trató de una emboscada, una de las camionetas sufrió un pinchazo que hizo detenerse a las demás y ahí comenzó el ataque.
Julián LeBarón es uno de los líderes sociales más conocidos del lado mexicano de la frontera con Estados Unidos. La familia LeBarón había sido ya golpeada por el crimen organizado en 2009 cuando fue secuestrado Erick LeBarón, de 17 años, por cuya liberación se exigió un millón de dólares y que fue liberado tras la movilización de toda la sociedad mexicana. Sólo unos meses después fue secuestrado otro hermano y un miembro de la comunidad. Los dos fueron asesinados y los culpables colocaron una manta frente a sus casas para marcar que el asesinato era la respuesta al activismo de la familia.
En los últimos meses, LeBarón había denunciado coacciones por parte de un grupo de presión en Chihuahua para dejar de usar unos pozos de agua en sus tierras. LeBarón cultiva nueces en la frontera.