Un Airbus A320 decorado con pájaros y nubes de René Magritte de la compañía Brussels Airlines se ha convertido en símbolo en el aeropuerto de Bruselas, al ser el primero de tres aviones de pasajeros en despegar de Zaventem tras los atentados del pasado 22 de marzo en la capital belga.
La aerolínea lo había presentado la víspera de los ataques, que golpearon este aeródromo internacional y la estación de metro de Maelbeek, y quiso que fuera el surrealista belga el que arropase a los 80 pasajeros que partieron en el primer vuelo desde Bruselas rumbo a Faro (Portugal). "Hemos sentido una emoción fuerte al volver a ver un avión de pasajeros en el aire", reconocía la portavoz del aeropuerto de Bruselas-Zaventem, Florence Muls, al pie de uno de los lugares cercanos al aeródromo en el que todavía se concentran las velas y las flores en memoria de las 32 víctimas mortales que dejaron los atentados.
El programa previsto para este lunes son ocho vuelos de entrada y otros ocho de salida, e incluso intercontinentales. Se espera que el número de operadores que transportan pasajeros se incremente paulatinamente, pero lo harán entre excepcionales medidas de seguridad.
Para empezar, quienes viajen desde Zaventem deberán acudir como mínimo con tres horas de antelación para superar diversos controles de seguridad y por el momento sólo podrán llegar en taxi o en coche particular. Un control de matrículas captará qué vehículo se ha acercado a menos de 100 metros de las terminales, y lo hará quien tenga un billete de avión, o acompañen a un viajero. Además, todos los vehículos deben hacer uso del aparcamiento número 2, desde allí los pasajeros acceden a la infraestructura temporal del aeropuerto.
El segundo control es la verificación de billetes y documentos de identidad antes de la facturación. En el aeropuerto hay detectores de metal y de rayos X a la entrada. En el tercer control, antes de pasar a la zona de embarque, habrá otro punto con escáner para los equipajes de mano.
Esta primera semana se quiere logra una actividad del 20% del nivel normal y a partir de ahora el número aumentará gradualemtne hasta recuperar la capacidad máxima de las estructuras temporales, es decir, entre cinco y seis vuelos cada hora.
