El supermercado judío de París donde el pasado 9 de enero el yihadista Amédy Coulibaly secuestró a una veintena de personas y mató a cuatro de ellos, reabrió hoy sus puertas con al presencia del ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve. "Estamos de pie", afirmó el ministro ante la prensa, en un mensaje claro a los "bárbaros terroristas" que "atacan los valores de libertad y fraternidad del pueblo francés".
Acompañado de alcaldes de localidades vecinas, de representantes de la comunidad judía, Cazeneuve visitó durante varios minutos el supermercado situado en la puerta de Vincennes, en el este de la ciudad, donde, simbólicamente, hizo la primera compra después de su apertura.
El ministro bajó hasta el almacén frigorífico donde uno de los empleados del supermercado, de origen malí, escondió a varias decenas de clientes cuando comenzó el secuestro. El responsable de Interior rindió homenaje a las víctimas y aseguró que el Gobierno "hace todo lo posible" para defender a sus ciudadanos de la amenaza terrorista y para que en Francia "se pueda vivir libremente". "Tenemos que mostrar que somos más fuertes que quienes atacan nuestros valores, nuestros principios, nuestra libertad", señaló.
El supermercado ha sido totalmente renovado tras los daños sufridos por aquel atentado y por el asalto de las fuerzas del orden. Fue el último acto de tres días de atentados que comenzaron con la muerte de buena parte de la redacción de la revista satírica 'Charlie Hebdo' y que, en total, costó la vida a 17 personas.
Dos allegados de Coulybali fueron procesados el pasado viernes por presuntos vínculos con el yihadista y se encuentran detenidos a la espera de determinar su suerte judicial.
El supermercado reabrió con una dirección renovada, ya que el gerente resultó herido en el atentado y ha asegurado que no quiere volver a trabajar en el lugar, mientras que los once empleados siguen recuperándose de las heridas físicas o psicológicas por lo que han sido sustituidos por otros voluntarios.
La cadena posee tres tiendas similares en la región de París, donde serán reubicados los que trabajaban el día de los atentados. La nueva dirección del centro emitió un comunicado en el que señaló que con la reapertura quieren enviar un mensaje a "los franceses de confesión judía" de que "más que nunca tienen sitio en el país". "Con esta reapertura, queremos reafirmar que la vida siempre será más fuerte que la barbarie. Seguimos determinados a permitir que nuestros clientes puedan seguir consumiendo 'cacher'", agregó.