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Poco antes de la operación, el FBI mostraba las imágenes de dos sospechosos. Dos hombres jóvenes que fueron grabados por las cámaras de seguridad en el lugar de los atentados. Los dos llevaban gorras y mochilas. Las autoridades pidieron entonces ayuda a la población para encontrarlos. Pocas horas después eran localizados
El FBI ha trabajado con miles de imágenes, con decenas de testigos. Fundamental ha sido este hombre: Jeff Bauman. Esperaba a su novia, junto a la meta, cuando un individuo, vestido con gorra, sudadera, cazadora negra, gafas de sol, se acercó y dejó a sus pies una mochila. Poco minutos después el bolso estallaba. Bauman, de 27 años, perdía las piernas.
Cuando despertó en el hospital, describió con precisión a uno de los sospechosos. "Van armados y son extremadamente peligrosos. Nadie debe acercarse a ellos. Su información fue fundamental para saber a quién buscar en los videos de las cámaras de seguridad. Cuando el FBI publicó las imágenes, los sospechosos habían abandonado Boston".
En torno a las diez y media de la noche hora española la Policía de Boston lanzaba la caza a los sospechosos. A través de su Twitter, y tanto en inglés como en castellano, pedían la colaboración de cualquiera que conociera a estos individuos. En la red social la Policía volcaba fotos y videos de los presuntos autores de los atentados.
Tras un primer tiroteo y con uno de los sospechosos fugados, la operación policial se centraba en el suburbio de Watertown. "Hay un incidente activo y permanente en Watertown. Se aconseja a los residentes de esa zona que permanezcan en sus hogares". Y oganizaban a los medios de comunicación: "Deben ubicarse en el 550 de la calle Arsenal a fin de no interferir en la actuación de la Policía".
"Un sospechoso fallecido, un segundo sospechoso, con gorra blanca, libre, armado y peligroso", se alertaba a los residentes en Watertown. Y se añadía la foto del huido. Los seguidores del tuiter de la Policía de Boston aumentaban por miles y las televisiones repetían los mensajes. La Policía necesitaba las calles vacías ante el riesgo de tiroteos.
"Se pide a los residentes en Watertown que se queden en casa. No respondan a llamadas a su puerta salvo que sea un policía".
Los negocios en la zona quedaban cerrados y los trabajadores debían quedarse en sus casas. "El tráfico de entrada y salida de Watertown quedaba suspendido". Y la alerta se extendía a otros barrios afectados. El tuiter de la Policía de Boston se convertía, así, en el espejo de lo que ocurría en sus calles.
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