Estados Unidos
Robert F. Kennedy busca alejarse de su imagen antivacuna para asegurar su cargo como secretario de Sanidad
Si es nombrado como secretario de Salud tendría bajo su control instituciones como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y el programa nacional de vacunación infantil.
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El elegido por Donald Trump para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F.Kennedy, conocido por sus opiniones sobres las vacunas, ha intentado restar importancia a sus declaraciones de hace dos años. Ahora se enfrenta al escrutinio del Senado para confirmar su nombramiento.
Durante la sesión, Kennedy trato de alejarse de su imagen de activista antivacunas, afirmando: "Los medios de comunicación han dicho que estoy en contra de las vacunas o de la industria. No soy ni lo uno ni lo otro; estoy a favor de la seguridad". Lo que ha sorprendido ya que contrasta con sus comentarios anteriores en los que llegó a comparar las políticas de vacunación con la Alemania nazi.
Intentó explicar sus opiniones como parte de su "defensa de los Derechos Humanos", argumentando que a menudo ha "alterado el status quo" planteando "preguntas incómodas". Incluso ha llegado a comparar su activismo contra las vacunas con las alertas sobre la presencia de mercurio en el pescado, diciendo que no por ello se convirtió en un "antipescado".
En el pasado, llegó a catalogar las vacunas como "un crimen contra la humanidad" y prometió colaborar con Trump para eliminar el flúor de los sistemas de agua de Estados Unidos, lo que supondría un revés para 80 años de consenso en materia de salud pública.
Afirmó que sus hijos están vacunados
Durante su testimonio, Kennedy negó ser antivacunas y afirmó: "Creo que las vacunas desempeñan un rol fundamental en la atención médica". Esta declaración contrasta fuertemente con sus posturas anteriores, en las que había defendido que "ninguna vacuna es segura ni efectiva". Pero, para que los senadores comprendiesen que esos pensamientos no perduraban, aseguró que todos sus hijos están vacunados y que confía en las vacunas, considerando que "tienen un papel fundamental en la atención sanitaria". Además, prometió que, de ser confirmado, lideraría un Departamento de Salud "impulsado por la ciencia".
Su nombramiento como secretario de Sanidad no ha sido aceptada por los científicos y políticos de Estados Unidos, donde más de 75 premios Nobel han firmado una carta dirigida al Senado para expresar su rechazo, argumentando que representa un riesgo para la salud pública. Kennedy ha sido acusado de difundir información falsa sobre la seguridad de las vacunas y de promover teorías conspirativas relacionadas con la pandemia de COVID-19.
Como secretario de Salud, tendría bajo su control instituciones como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y el programa nacional de vacunación infantil. Estas agencias están presentes en la regulación y promoción de políticas sanitarias. Sin embargo, su historial incluye la fundación de 'Children’s Health Defense', una organización señalada por los científicos como una fuente de desinformación sobre vacunas.
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