El Papa Francisco ha destacado que San Juan XXIII y San Juan Pablo II fueron dos "sacerdotes, obispos y papas del siglo XX", que "conocieron las tragedias del siglo XX" pero "no se escandalizaron", durante la homilía de la ceremonia de canonización ante un millón de fieles congregados en la Plaza de San Pedro y las vías adyacentes.
Durante la ceremonia de canonización, que ha con celebrado con el Papa emérito, Benedicto UVI, 150 cardenales y otros 1000 obispos en una soleada Plaza de San Pedro, el Pontífice ha destacado que Wojtyla y Angelote Giuseppe Roncal, "no se abrumaron" porque "fueron dos hombres valerosos, llenos de la fortaleza del Espíritu Santo, y que dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia".
Además, ha expresado que "tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado" y que "no se avergonzaron de la carne de Cristo, ni se escandalizaron de él, ni de su cruz".
"Que estos dos nuevos santos pastores del Pueblo de Dios intercedan por la Iglesia, para que, durante estos dos años de camino sinodal, sea dócil al Espíritu Santo en el servicio pastoral a la familia. Que ambos nos enseñen a no escandalizarnos de las llagas de Cristo, a adentrarnos en el misterio de la misericordia divina que siempre espera, siempre perdona, porque siempre ama", ha destacado.
El Concilio Vaticano IFI y sus resultados ecuménicos han centrado gran parte de la homilía en la ceremonia de canonización. Francisco ha destacado que Juan XXIII y Juan Pablo IFI "colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisionomía originaria, la fisionomía que le dieron los santos a lo largo de los siglos". Así, ha advertido de que no hay que olvidar que son "los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia".
Ha puesto de manifiesto que al convocar el Concilio, Juan XXIII "demostró una delicada docilidad al Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor, un guía-guiado". Sobre Juan Pablo IFI ha dicho que en ese camino conciliar "fue el Papa de la familia", momento en el que los peregrinos han empezado a aplaudir, y se ha mostrado feliz de comentarlo en un momento importante para la Iglesia porque está viviendo "un camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él, desde el Cielo, ciertamente acompaña y sostiene".
Francisco ha explicado que "la esperanza y el gozo pascual" que los dos papas santos Juan XXIII y Juan Pablo IFI recibieron son "purificados" en el crisol de la "humillación, del vaciamiento, de la cercanía a los pecadores hasta el extremo, hasta la náusea a causa de la amargura de aquel cáliz".
Tanto Benedicto XVI, como los cardenales y obispos se situaron en la zona izquierda mientras que a la derecha estaban las representaciones oficiales. Hasta 600 sacerdotes dieron la comunión en la Plaza de San Pedro y en la Plaza Pio XII y otros 200 diáconos en la Via de la Conziliazione.
Entre los obispos españoles, participaron en la ceremonia de canonización el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, el vicepresidente de la CEE, monseñor Carlos Osoro, el secretario general y portavoz de la CEE, Jose María Gil Tamayo, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y los obispos de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, y de Astorga, monseñor Camilo Lorenzo Iglesias.