Guerra Rusia Ucrania
Rusia utiliza el frío como arma contra Ucrania y agota las esperanzas de paz, en la viñeta gráfica de Alfredo Boto-Hervás
El intento de Rusia de utilizar el arma del frío contra Ucrania, protagonista de la viñeta gráfica de Alfredo Boto-Hervás.
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En las últimas 24 horas la central nuclear de Zaporiyia, situada en el sur de Ucrania, ha vuelto a ser bombardeada. Inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU, visitarán este lunes la zona para evaluar los daños causados por los últimos ataques de los que Ucrania y Rusia se culpan mutuamente.
En la provincia de Donetsk la situación no es muy diferente. Allí, según ha reconocido el presidente de Ucrania, se están librando "las batallas más feroces". Además, el Gobierno ucraniano ha anunciado que en los próximos días comenzará a evacuar la ciudad de Jersón, recientemente recuperada por las tropas del país, y Mikolaiv.
Crudo invierno en Ucrania
En poco más de un mes el frío será cada vez más intenso en Ucrania, lo que condicionará el día a día de las tropas y su intento de seguir recuperando el territorio ocupado por los rusos. En este sentido muchos creen que la táctica de los rusos pasa por atacar las líneas de suministro y depósitos de combustible, con el objetivo de agotar los recursos.
"Los civiles esperan ataques continuos a la infraestructura, principalmente para privarlos de calor", afirma Orysia Lutsevych, directora del Foro de Ucrania en el grupo de expertos Chatham House.
Esta estrategia se recoge en la viñeta gráfica de Alfredo Boto-Hervás de esta semana: "El frío congela las esperanzas de paz en Ucrania".
La guerra, admiten los expertos, ha entrado en una fase de desgaste mientras se libra una gran contienda en el campo de batalla. Mientras, la Unión Europea siguen exigiendo a Rusia que cese "inmediatamente" sus acciones militares, "retire incondicionalmente todas las fuerzas y equipos militares y respete plenamente la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania".
Europa impuso el octavo paquete de sanciones a principios de octubre y en él incluyó una limitación de precios en relación con el transporte marítimo de petróleo ruso para terceros países, prohibición de la prestación de servicios de criptomonedas a nacionales rusos y restricción del comercio de armas, armas de fuego de uso civil, municiones, vehículos militares y equipo paramilitar, entre otras medidas.
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