Terremoto

Salvados tras 100 horas bajo los escombros y a punto de que los rescates se den por terminados

Tras varios días desde el inicio de la catástrofe, y con los rescatistas apurando sus últimos esfuerzos, sigue ocurriendo milagros

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El terremoto de Turquía y Siria es uno de los más letales de este siglo, dejando más de 21.000 muertos y más de 78.000 heridos. Las cifras van aumentando a cada minuto. Las horas pasan y la esperanza de encontrar más supervivientes va decayendo. Se está complicando encontrar más personas con vida, aunque todavía hay milagros.

Uno de los últimos rescates es el caso de una niña de tan solo diez años que ha sobrevivido 96 horas bajo los escombros que ha provocado el terremoto. En el vídeo se ve cómo los equipos de rescate consiguen salvarla y ponerla a salvo. Los hombres, agotados, se viene abajo tras presenciar todo lo que está ocurriendo. Uno del equipo de rescate rompe a llorar tras hacer sus labores de rescate.

Además, los equipos de emergencia de Turquía también han conseguido rescatar a un padre con su hija de cinco años después de tantas horas bajo los edificios colapsados. Ambos habían sido sepultados bajo los escombros en la provincia de Hatay. Tras este rescate, padre e hija han sido trasladados a un hospital después de recibir primeros auxilios.

Cámaras térmicas y dispositivos de escucha

También es el caso de una madre y su hijo de diez años que llevaban 101 horas atrapados bajo los escombros de un edificio destruido en la ciudad turca de Diyarbakir. Ambos también han sido trasladados al hospital cercano para recibir atención médica ya que presentaban heridas. Los servicios de emergencia estaban utilizando cámaras térmicas y dispositivos de escucha para encontrarlos.

Cada hora que pasa se hace más complicado encontrar supervivientes. El tiempo estándar que una persona puede estar sin agua ni comida como en este tipo de desastres de de 72 horas. En varias provincias turcas ya se han suspendido las labores de rescate, creyendo que es muy difícil encontrar más personas atrapadas. Sin embargo, hay familiares que no pierden la esperanza.

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