Se cumplen 10 años desde que Haití y su capital, Puerto Príncipe, sufrieran la devastación de un terremoto de magnitud 7. Posiblemente, la mayor tragedia natural en el hemisferio occidental.
El terremoto tuvo como consecuencia dos réplicas inmediatas, una veintena en las primeras horas e innumerables durante los primeros días. Además, provocó más de 300.000 muertos, casi 400.000 heridos y más de un millón y medio de personas perdieron su casa.
Todavía no se han recuperado; lo confirman las imágenes. La catedral de Puerto Príncipe sigue igual que hace diez años. Es un símbolo de una reconstrucción que no se ha conseguido. Incluso todavía quedan oficialmente unas 40.000 personas que habitan en campos de tiendas.
No hay un solo motivo. Haití es el país más pobre de América, pues el salario medio es de 60 dólares al mes. Además, viven en continua crisis que parece interminable; ciclones, sequías, epidemias, inestabilidad política, sin sanidad y casi sin agua potable.
El mundo se volcó con Haití. Se calcula que se recogieron donaciones por un total de 13.300 millones de dólares, pero diez años después queda mucho trabajo por hacer.