El problema de Estados Unidos con los opiáceos es "una emergencia de salud pública", avisaba Trump hace escasamente unos meses. Solo en 2017 más de 70.000 personas han muerto por adicción a los estupefacientes. Un 10% más que el año anterior. Una cifra record que supera en muertes a las víctimas por accidentes de tráfico y armas de fuego.
Demi Lovato ha sido la última en poner cara a este problema. A finales de julio fue ingresada por una sobredosis de fentanilo, una sustancia 100 veces más potente que la morfina. Precisamente es la misma droga contra la que intentó luchar Prince. Las pruebas toxicológicas confirmaron que el actor Philip Seymour Hoffman murió de una sobredosis de heroína, cocaína, anfetamina y tranquilizantes.