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SU PRIMERA VISITA A RUSIA
El secretario de Estado de EEUU visitará Rusia el 11 y 12 de abril
Rex Tillerson se reunirá con su colega ruso, Serguéi Lavrov, para hablar sobre la lucha contra el terrorismo, el arreglo de los conflictos en Oriente Medio y Ucrania y el restablecimiento de las relaciones bilaterales.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, realizará el 11 y 12 de abril su primera visita a Rusia en la que hablará con su colega ruso, Serguéi Lavrov, sobre la lucha contra el terrorismo, el arreglo de conflictos en Oriente Medio y Ucrania y el restablecimiento de las relaciones bilaterales.
"La conversación será sobre la necesidad de eliminar los numerosos asuntos conflictivos en las relaciones bilaterales", ha informado la Cancillería rusa en un comunicado. Moscú quiere tratar "las detenciones de ciudadanos rusos por los servicios secretos estadounidenses en terceros países, la violación de los derechos de los niños rusos adoptados" por familias de ese país y "las trabas artificiales" que sufren los diplomáticos rusos en suelo estadounidense, según Exteriores.
Durante las conversaciones, agrega la nota, "está previsto tratar asuntos actuales en el ámbito de la seguridad internacional", tales como "la lucha contra el terrorismo, en primer lugar contra el Daesh y otros grupos terroristas; el arreglo de los conflictos sirio, palestino-israelí, yemení, libio, afgano y otros".
"Tampoco se quedará a un lado la situación en Ucrania", señaló la Cancillería rusa, que precisó que Lavrov "pondrá el acento en que Kiev debe cumplir con sus compromisos recogidos en los Acuerdos de Minsk" para el arreglo del conflicto en el este ucraniano.
La situación en la península de Corea y el control sobre armamentos serán otros temas que se tratarán en un encuentro con el que Moscú espera poner en marcha la normalización de las relaciones entre los dos países, llevadas a su peor nivel desde tiempos de la Guerra Fría durante el mandato del anterior inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama.
La visita tendrá lugar al tiempo que el Gobierno del presidente de EEUU, Donald Trump, es presionado por sus presuntos contactos con el Kremlin durante la pasada campaña electoral, en la que Rusia habría intervenido para contribuir a la victoria del magnate.
Pese a las grandes esperanzas puestas por el Kremlin en Trump y en su nueva Administración, miembros del Gobierno estadounidense, incluido Tillerson, ya han puesto de manifiesto que Rusia es y seguirá siendo un rival para Washington, al menos en el ámbito de la seguridad.
Al reunirse el pasado viernes con su homólogos de la OTAN en Bruselas, el secretario de Estado de EEUU aseguró que la Alianza es "esencial" no sólo para hacer frente al terrorismo, sino también ante la "agitación" y "agresión" de Rusia. A mediados de febrero, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, declaró que Trump mantiene una "dura" posición sobre el conflicto ucraniano y "espera de Rusia su cooperación para rebajar la tensión en Ucrania y la devolución de Crimea".
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