Miles de jóvenes vuelven a concentrarse en la plaza Tahrir, símbolo de la revolución. De nuevo se han producido duros enfrentamientos con las fuerzas de seguidad, que intentaron disolver la protesta. Los manifestantes piden que la justicia castigue a los culpables de la represión en las revueltas, que acabaron con el régimen de Mubarak y que causaron 850 muertos.
El subsecretario para Asuntos Políticos y Técnicos del Ministerio de Sanidad, Abdelhamid Abaza, precisó que de los 1.036 heridos, 916 fueron atendidos en el mismo lugar de los hechos, mientras que 120 fueron llevados a hospitales. De estos últimos, dieciséis han sido dados de alta.
Con anterioridad, el viceministro de Sanidad, Adel Adawi, había señalado que eran 590 las personas lesionadas durante los enfrentamientos que transcurren en la plaza Tahrir y en calles aledañas.
Abaza precisó que entre los heridos los hay con cortes, hematomas, fracturas y traumatismos. Y agregó que todavía hay estacionadas varias ambulancias en las cercanías de Tahrir en previsión de que la cifra de heridos aumente.
Los enfrentamientos se desataron anoche al ser atacados y arrestados supuestos familiares de las víctimas de la revolución del pasado 25 de enero, que acabó con el régimen de Hosni Mubarak, a los que no se permitió entrar en un acto de homenaje a los mártires de esas protestas.
Tras ese incidente, decenas de manifestantes enfadados se dirigieron a la plaza Tahrir e intentaron atacar la sede del Ministerio del Interior, en cuyos alrededores comenzaron violentos enfrentamientos que continúan hasta ahora.