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SE ACABA EL PLAZO

Las negociaciones en EEUU para evitar el abismo fiscal encuentran obstáculos

Las exigencias republicanas sobre los recortes de gasto público están poniendo en peligro las negociaciones con los demócratas. Por ello, el acuerdo para evitar el abismo fiscal se sigue debatiendo a puerta cerrada.

Los líderes del Senado de EE.UU. reanudaron este domingo las negociaciones a puerta cerrada para un acuerdo que evite el abismo fiscal el martes próximo, pero éste corre peligro ante las exigencias republicanas de recortes al gasto público.

"Estábamos acercando posiciones, pero nos hemos topado con un gran punto muerto. Hubo avances para incrementar el tope de los ingresos salariales sujetos a los recortes tributarios y concesiones demócratas sobre los recortes de impuestos al patrimonio", explicó la fuente legislativa, que pidió el anonimato debido a la sensibilidad de las negociaciones.

"La gran traba este domingo es que los demócratas insisten en extender los subsidios de desempleo, pero los republicanos quieren cambiar la fórmula que se utiliza para los beneficios del Seguro Social (pensiones), en efecto reduciéndolos para financiar esos subsidios", agregó.

Así las cosas, ante la postura de los republicanos respecto al alcance y financiación de los recortes tributarios, existe la amenaza "real" de que, incluso, los congresistas no tengan ningún acuerdo que anunciar a lo largo de la jornada y "descarrilen las negociaciones", dijo la fuente.

El "neumático de repuesto", como le llaman algunos demócratas, es que el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, someta a votación el lunes una propuesta demócrata que prorrogue los recortes tributarios para quienes ganan hasta 250.000 dólares y los subsidios de desempleo para unos dos millones de personas, y establezca las bases para futuras negociaciones para reducir el déficit.

Demócratas y republicanos deben negociar la renovación de las desgravaciones adoptadas durante la presidencia de George W. Bush. Los demócratas apoyan las desgravaciones pero a condición de que se suban los impuestos a los norteamericanos que ingresen al menos 250.000 dólares al año.

De no llegarse a un acuerdo antes del 31 de diciembre, el Gobierno se vería obligado a aplicar, automáticamente, subidas de impuestos y recortes del gasto público valorados en 600.000 millones de dólares, lo cual podría conducir a una nueva recesión, según las estimaciones de los expertos.

 

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