Se llaman Ervina y Prefina y nacieron hace dos años unidas por el cráneo. Ahora estas hermanas siamesas han sido separadas con éxito mediante una compleja operación en el hospital pediátrico romano "Bambino Gesù", del Vaticano.
18 horas, 30 médicos
La operación duró dieciocho horas y en ella participaron treinta médicos y sanitarios a las órdenes del neurocirujano Carlo Marras. La intervención se llevó a cabo el pasado 5 de junio y ahora, un mes después, el hospital ha informado que se encuentran bien.
Ervina y Prefina nacieron en 2018 en la ciudad suroccidental centroafricana de Mbaiki, cerca de la capital, pero para sorpresa de todos estaban unidas por el cráneo, por la parte de la nuca.
El hospital de Mbaiki no estaba preparado para un caso similar y las hermanas fueron derivadas al centro que el papa Francisco mandó equipar en Bangui. Allí las conoció la directora del "Bambino Gesù", Mariella Enoc, quien decidió llevarlas a Roma.
Tres operaciones para reconstruir sus sistemas circulatorios
Se creó un equipo para estudiar el caso utilizando tecnología tridimensional para reconstruir el cráneo de las siamesas y solucionar el reto más complicado: la separación no del hueso, sino del sistema venoso que riega la zona y que compartían.
Se decidió hacerlo en tres fases para reconstruir dos sistemas circulatorios independientes: la primera intervención tuvo lugar en mayo de 2019, un mes después se llevó a cabo la segunda operación y la separación definitiva de las niñas fue el mes pasado. Ha pasado un mes desde la intervención y se ha comprobado que el sistema venoso funciona correctamente.
El hospital "Bambino Gesù" asegura en redes sociales que las siamesas presentaban "una de las más raras y complejas formas de fusión a nivel craneal y cerebral". Esto hace de la operación "la primera de este tipo en Italia y probablemente la única en el mundo". "Hoy , dice este centro pediátrico, están bien y pueden crecer como las niñas de su edad".
La madre de las pequeñas ha afirmado que desea que sus hijas sean médicas en un futuro para que puedan salvar vidas, como han hecho con ellas. "Yo no fui nunca a la escuela, pero espero que mis hijas puedan hacer lo mismo que el resto de niños de su edad y de mayores estudiar y convertirse en médicas", ha dicho en una rueda de prensa. Su voluntad ahora es conocer al papa Francisco para que bautice a las dos pequeñas.
Cada vez la ciencia avanza más y las operaciones para separar a siameses, en la mayoría de los casos, termina con éxito.