Siberia, en Rusia, vive meses complicados donde la sequía y las altas temperaturas próximas a los 40 grados, siguen favoreciendo incendios devastadores. A la destrucción de los bosques hay que sumar el deshielo de la costa ártica. El calor prolongado está desequilibrando uno de los ecosistemas más valiosos del planeta.
Según un estudio realizado por científicos del grupo World Weather Attribution, los servicios meteorológicos europeos y el Instituto de Oceanología de Shirshov, solo podría ocurrir una ola de calor de este tipo cada 80.000 años si no existiera el cambio climático.
También han aumentado las temperaturas en el archipiélago de Svalbard de Noruega, aproximadamente a medio camino entre el continente y el Polo Norte,
alcanzaron un récord de 21,7 grados.