Es un aniversario triste y sin apenas actos. La pandemia ha obligado a reducir los homenajes a las víctimas de los ataques terroristas que hace 5 años mataron a 130 personas e hirieron a más de 350 personas en París.
Hoy apenas unas flores, colocadas en los lugares de los atentados, recuerdan la noche de terror. Comenzó a las nueve. Tres explosiones sacudieron los alrededores del Estadio de Francia, donde se celebraba un partido entre las selecciones de Francia y Alemania.
El presidente de la República se hallaba entre el público. Los terroristas habían intentado entrar al campo, pero no lo consiguieron. Tres de ellos se inmolaron fuera.
Un coche bomba estalla sin causar heridos. Al mismo tiempo, tres tiroteos asolaban el centro de la ciudad. Esta vez los terroristas disparan contra ciudadanos que cenaban en terrazas y restaurantes.
El golpe más sangriento tuvo lugar en la sala de conciertos Bataclan. Cuatro hombres irrumpieron con fusiles de asalto mientras tocaba el grupo estadounidense de rock, Eagles of Death Metal. Murieron 90 personas.
Francia declaró el estado de emergencia, cerró fronteras. Comenzó la caza al terrorista. 1.500 agentes fueron desplegados. De madrugada la policía rodeó un edificio del barrio de Saint Denis.
Habían encontrado un móvil cerca de la sala Bataclán con indicaciones sobre los asaltos. En la segunda planta se atrincheraban los atacantes. Tres activaron sus cinturones explosivos, entre ellos una mujer. Un cuarto murió por disparos de la policía.
En el piso fallecía el presunto cerebro de la operación; el yihadista belga Abdelhamid Abaaoud. Pero uno conseguía escapar. Salah Abdeslam era detenido cuatro meses después en Bruselas. Él y otras 19 personas están acusadas de terrorismo, algunas aún en búsqueda y captura. En enero comenzará el juicio. La investigación suma un millón de páginas. Casi 1800 personas físicas y morales se han constituido en acusación. Se espera que el proceso dure seis meses.