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PREOCUPACIÓN POR LAS CRISIS MIGRATORIAS
Austria se prepara frente a una hipotética avalancha de inmigrantes con un simulacro
Este nuevo operativo, denominado 'Puma', tuvo este martes su primera actuación en forma de maniobras en el puesto fronterizo de Spielfeld, en la linde con Eslovenia, en las que participaron medio millar de policías, unos 220 soldados y cinco helicópteros militares. La imagen da una idea de la preocupación que hay en este país por las crisis migratorias.
El Gobierno de derecha y ultraderecha de Austria ha puesto en marcha una nueva unidad de vigilancia fronteriza, en la que participan policías y soldados, cuyo objetivo es actuar en caso de que se produzca un "asalto" de inmigrantes irregulares en su fronteras. Este nuevo operativo, denominado 'Puma', tuvo este martes su primera actuación en forma de maniobras en el puesto fronterizo de Spielfeld, en la linde con Eslovenia, en las que participaron medio millar de policías, unos 220 soldados y cinco helicópteros militares, entre ellos dos Black Hawk.
"Lo que vamos a practicar es la defensa de un 'asalto' de personas que intentan cruzar la frontera de Spielfeld de forma ilegal", explicó en una rueda de prensa el ministro del Interior, Herbert Kickl, miembro del partido ultranacionalista FPÖ, socio minoritario del Gobierno con el Partido Popular ÖVP.
Kickl explicó que este operativo estará listo para actuar en cualquier otro punto de la frontera austríaca y que el objetivo de 'Puma' es demostrar que en el año 2018 "funciona la gestión de las fronteras y la defensa". "No hay ninguna garantía de que no puedan repetirse acontecimientos parecidos a los de 2015", señalo el ministro, en referencia a las decenas de miles de refugiados que, huyendo de la guerra y la miseria en Asia y África, cruzaron entonces a diario desde Turquía hacia los Balcanes de camino a Europa Occidental.
De hecho, Kickl aseguró "que la Unión Europea, tras los acontecimientos de 2015, no ha hecho hasta ahora lo que tenía que hacer". "Gracias a Dios, hay ya mientras tanto un cierto cambio en la forma de pensar", señaló. El ministro ultranacionalista austríaco aseguró que un Estado que no puede proteger sus fronteras "pierde su credibilidad".
Además, dijo que esa protección de las fronteras no es "obsceno ni inhumano" sino que es lo que la ciudadanía espera de su Gobierno.
El Gobierno austríaco ha puesto en la inmigración el principal foco de sus políticas, pese a que la llegada de inmigrantes extranjeros no ha dejado de caer desde 2015. Ese año Austria recibió 88.340 solicitudes de asilo, mientras que en 2017 fueron 24.735, un 72% menos.
En los primeros cuatro meses de 2018, sólo se han recibido 5.000 peticiones de asilo. En lo que va de año, por ejemplo, Austria ha devuelto a Eslovenia menos de 20 personas que habían cruzado la frontera de forma ilegal. El Gobierno austríaco se ha aliado con países como Hungría o Polonia y defiende una política de cierre de fronteras y de establecimiento de centros de internamiento de solicitantes de asilo fuera de las fronteras de la UE, en claro enfrentamiento con una política migratoria más abierta, aunque controlada, de países como Alemania y Francia.
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