La primera sesión plenaria de mandatarios de la XXI Cumbre Iberoamericana comenzó este sábado en Asunción con un discurso del presidente de Paraguay, Fernando Lugo, en el que subrayó que en la actual coyuntura internacional "se impone una nueva visión del Estado".
Una docena de jefes de Estado y de Gobierno de los 22 países de Iberoamérica (América Latina, España, Andorra y Portugal) participa en esta cumbre, dominada por la crisis económico-financiera y los posibles efectos que puede tener para América Latina, aunque su tema central es "transformación del Estado para el desarrollo".
Lugo destacó que la crisis actual ha puesto en evidencia que hay una "necesidad de recuperar al Estado del predominio y lógica del mercado" y ponerlo al servicio de la igualdad y el bienestar de los pueblos. Tras el discurso de Lugo los participantes en la cumbre aprobaron la agenda planteada por Paraguay y a continuación habló Enrique Iglesias, secretario general iberoamericano, quien hizo un breve repaso de los trabajos previos a la cumbre.
El presidente de Paraguay se refirió a la presencia en esa cumbre del ministro haitiano de Relaciones Exteriores, Laurent Lamothe, para manifestarle el apoyo de los países iberoamericanos a Haití en su lucha por "superar el infortunio" causado por el terremoto de 2010. Lamothe anunció este viernes que Haití, que es observador de las cumbres iberoamericanas, pedirá en esta reunión el ingreso como miembro de plenos derechos.
La cumbre concluirá con la aprobación de los documentos presentados a los jefes de Estado por los coordinadores nacionales y responsables de la cooperación, que son la Declaración de Asunción, el plan de acción y trece comunicados especiales. El ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, Rodrigo Lara Castro, señaló la "coincidencia" que hubo en el proceso de debate y redacción de los documentos.