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EN NUEVA YORK
Sorprendente reconstrucción facial: el trasplante de cara que ha devuelto las ganas de vivir a un joven de 26 años
Cameron Underwood, de 26 años, sufrió la herida de bala autoinfligida en junio de 2016, un impacto que le desfiguró la cara, dañándole la nariz, los dientes, la mandíbula inferior, la cara superior y el paladar. Gracias al trasplante, el joven ha podido volver a la vida que una vez tuvo.
Un hombre de California ha vuelto a sonreír tras someterse a una ardua cirugía de trasplante de cara. Cameron Underwood, de 26 años, sufrió la herida de bala autoinfligida en junio de 2016, un impacto que le desfiguró la cara, dañándole la nariz, los dientes, la mandíbula inferior, la cara superior y el paladar.
Después del accidente, el joven se sometió a varias cirugías de reconstrucción facial convencionales antes de dar con el Dr. Eduardo Rodriguez en la Universidad de Nueva York Langone Health. "Cuando leímos lo que el Dr. Rodríguez había hecho por sus otros pacientes, sabíamos que él era la única persona en la que confiaríamos", cuenta Beverly Bailey-Potter, la madre de Underwood, al New York Post .
Cameron pasó por la operación quirúrgica hace unos 11 meses. La cirugía de trasplante de cara duró aproximadamente 25 horas en completarse y se basó en la planificación quirúrgica de una impresora 3D y una máscara impresa de la cara del donante.
La operación requirió el trasplante y la reconstrucción de los huesos de la mandíbula superior e inferior, los 32 dientes, las encías, el techo de la boca, los párpados, las mejillas, la nariz y el pasaje nasal.
Cameron aún se está recuperando y está tratando de recuperar sus sentidos y la movilidad. Pero lo más importante es que finalmente ha podido volver a la vida que una vez tuvo. "Estoy muy agradecido de tener un trasplante de cara porque me da una segunda oportunidad en la vida", reconoce el joven.
"Aunque todavía me estoy recuperando y recuperando los sentidos y la movilidad, sobre todo con mis labios, estoy muy feliz con los resultados", dijo. "Tengo una nariz y una boca para poder sonreír, hablar y comer alimentos sólidos de nuevo".
El donante de Cameron fue William Fisher, de 23 años. Era un aspirante a cineasta y escritor que vivía en la ciudad de Nueva York. Fisher, un donante de órganos registrado, no se limitó a darle la cara, también donó sus riñones, hígados, ojos y tejidos.
La madre de Fisher, Sally, se ha sentido emocioada por los exitosos resultados del trasplante facial. "Ser parte de esta experiencia ha sido una fuente de fortaleza para mí durante un momento muy difícil", dijo la madre del donante.
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