Las familias de los 44 tripulantes del submarino argentino ARA San Juan han homenajeado a sus seres queridos al cumplirse un año de su desaparición y exigieron que siga la búsqueda, mientras el presidente del país, Mauricio Macri, mostró su compromiso en que se conozca la verdad. "Nosotros no pensamos abandonar la lucha. No pienso abandonar a mi hijo. Voy a seguir aunque me cueste la vida", cuenta María Victoria Morales, madre del tripulante Luis Esteban García, uno de los marineros cuyo rastro se perdió hace 365 días.
Aquel 15 de noviembre de 2017 volvían de hacer unos ejercicios militares en la sureña ciudad de Ushuaia, Los homenajes han tenido lugar en el puerto de Mar del Plata, donde el submarino tenía su base y donde tendría que haber vuelto. "Con muchísima tristeza. Casi te diría que con la misma del primer día. Con la misma incertidumbre y con muchísimo más dolor. No sabemos nada, cómo va a seguir todo esto", lamenta Alejandra, hermana de Alberto Sánchez.
Tanto ella como María Victoria y multitud de familiares más, llegados de diversas partes del país, se congregaron a lo largo de la jornada en la base naval marplatense, donde desde hace 12 meses pancartas, velas y otros recuerdos cubren las vallas del puerto militar en homenaje a 'los 44 del San Juan'.
Los actos del primer aniversario comenzaron con una ceremonia religiosa en la capilla situada en la entrada de la base y culminaron con una actividad oficial en la que participó Macri con autoridades políticas y castrenses y un grupo de familias de los submarinistas.
Como ya estaba previsto, por las críticas que desde hace un año muchos familiares vierten contra el Gobierno y la Armada al no estar de acuerdo con su modo de actuar en la búsqueda y la investigación de lo sucedido, el acto no estuvo exento de tensión.
Luisa Rodríguez, madre de Ricardo Gabriel Alfaro, reprochó que tras este tiempo "el trato sigue siendo el mismo", un "abandono total" por parte del Estado. "Ahí no está el submarino (donde se ha buscado). He dicho 10.000 veces que el submarino en ese lugar no se encuentra. Es una data errónea que ha dado la Armada y el Gobierno a propósito", señaló la mujer, convencida de que el buque "está más hacia el sur y el este, cerca de Malvinas". "Si viene el presidente, no sé con qué cara viene. Todo el año de nuestra lucha estuvo desaparecido", agregó, y lamentó que no se permitiera a los familiares realizar un acto abierto a todos los ciudadanos a las puertas del predio naval.
Durante su intervención, el jefe de Estado destacó el "compromiso absoluto e innegociable" del Gobierno con la "búsqueda de la verdad". "Cuánto lamento que nada de lo que diga calmará el dolor de los familiares y amigos aquí presentes", dijo el mandatario, para insistir en que se seguirá trabajando hasta encontrar el barco.
La búsqueda en el océano, en la que participaron en los primeros meses diversos países, se delimitó a 430 kilómetros de la costa, en torno a una zona donde varias agencias internacionales señalaron que se detectó una explosión horas después de que desapareciera la nave.
En su última comunicación, el comandante del San Juan había informado de que se había producido un principio de incendio en un compartimento de baterías por la entrada de agua, un problema que según la Armada fue resuelto y el submarino pudo seguir su viaje.
Fue a principios de septiembre pasado cuando la empresa estadounidense Ocean Infinity, contratada por el Gobierno, retomó el rastreo del lecho marino, pero tampoco ha habido suerte. "El primer lugar donde ellos empezaron a buscar era donde se dio la ultima comunicación. Ahí no están. Nosotros empezamos a pedir que los empiecen a buscar donde se escucharon los golpes del casco" del submarino, señaló la hermana de Alberto Sánchez.
Por contrato, la empresa solo cobrará si encuentra la nave, para lo que tenía un mínimo de 60 y un máximo de 120 días de búsqueda, y ya se ha anunciado que el operativo en el mar va a quedar paralizado, al menos de momento.
En estos meses, además de una causa judicial, se abrió una investigación interna en la Armada y se creó en el Congreso de la Nación una Comisión Especial Investigadora. Pero ninguna ha ofrecido hasta ahora una conclusión convincente. "No tengo bronca, no tengo odio, solamente un sentimiento que me destroza el alma y el corazón", concluye la madre de Luis Esteban. Mientras la justicia y la verdad llegan, la angustia y la incertidumbre seguirán doliendo.