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UN MES DESDE LOS ATENTADOS
Los supervivientes de la matanza de Utoya visitan la isla
Los visitantes, tal como hicieron el viernes familiares de las víctimas, podrán quedarse cuanto quieran y depositar flores o velas en cualquier parte de la isla.
Los supervivientes de la masacre de Utoya, donde murieron 69 de los 77 fallecidos en los atentados del 22 de julio, se desplazaron a la isla, 40 kilómetros al sur de Oslo, para rememorar la tragedia.
Los primeros autobuses comenzaron a llegar después de las 8.00 GMT a Utvika, enfrente de la isla, desde donde embarcaciones del ministerio de Defensa transportaron a los cerca de un millar de personas, contando supervivientes y acompañantes, que han aceptado la propuesta de las autoridades noruegas.
Los visitantes, tal como hicieron familiares de las víctimas, podrán quedarse cuanto quieran y depositar flores o velas en cualquier parte de la isla donde el ultraderechista Anders Behring Breivik mató a 69 personas, la mayoría jóvenes del campamento de las Juventudes Laboristas (AUF, por sus siglas en noruego).
La diferencia este sábado será que las AUF han convocado varias actividades para devolver la normalidad a la isla, precintada por la policía desde el día del atentado y que ha quedado abierta sólo para la visita de los familiares y de los supervivientes. Las AUF han programado una reunión de todos los asistentes donde se realizarán muchas de las actividades típicas de un campamento de verano de este tipo, como discursos, canciones y charlas.
"Para muchos será un pequeño paso para poder recuperar Utoya", declaró hoy el director general de Salud y Asuntos Sociales de Noruega, Bjørn-Inge Larsen, cuyo departamento es uno de los organizadores de la visita.
Según Per Brekke, responsable del Directorio de Protección Civil y Planificación de Emergencias -el otro organismo al cargo de la visita-, muchos de los jóvenes llevaban consigo flores. "Recorren la isla y visitan los lugares en los que se encuentran a gusto, pero también los sitios donde saben que hay malos recuerdos", afirmó Brekke.
Médicos, personal de asistencia psicológica y de la Cruz Roja estarán presentes en Utoya, al igual que la policía, aunque en menor medida, dado que los supervivientes no necesitan información. Los agentes se mantendrán en un segundo plano y vestidos con un uniforme corriente, distinto al que Breivik llevaba en su día cuando se disfrazó como agente, para no evocar la traumática experiencia.
Los supervivientes y los familiares de las víctimas del otro atentado, en el que murieron ocho personas al estallar una bomba en el complejo gubernamental de Høyblokka, podrán visitar también hoy esa zona, en el centro de Oslo.
La jornada se cerrará con una reunión, organizada por el ministerio de Sanidad y Servicios Sociales, en un céntrico hotel de la capital noruega entre los familiares de las víctimas y los supervivientes de Utoya. Todos los actos se desarrollarán sin cobertura mediática, por decisión de las autoridades noruegas.
El primer ministro noruego, el laborista Jens Stoltenberg, almorzará con familiares de las víctimas, horas antes de acudir a un memorial en el Oslo Spektrum con actuaciones musicales y lectura de textos, al que acudirá la Noruega oficial y representantes de todos los países nórdicos. Breivik, de 32 años y autor confeso de la matanza, hizo explotar un coche bomba en el complejo gubernamental, y justo después se desplazó a Utøya para abrir fuego indiscriminadamente contra los jóvenes, la mayoría de entre 14 y 19 años.
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