Los dieciséis supervivientes de la Tragedia de los Andes, el accidente que en 1972 dejó a un equipo de rugby uruguayo aislado durante 72 días en esa imponente cordillera toda nevada, destacaron que gracias a la actitud de quienes vivieron esa desgracia "hoy pueden estar agradeciendo a los chilenos".
"Siempre voy a destacar la actitud de mis compañeros, nunca se rindieron", señaló Álvaro Magini quién recordó que él se rompió la pierna en el accidente "y no fui de mucha ayuda en esos días". Eduardo Strauch también coincidió con su compañero en que la actitud asumida por todos los que sobrevivieron a aquel fatídico día fue la ecuación perfecta mientras Carlos Paez indicó que él nunca vio aquel accidente como un hecho negativo. "Esta fue una historia de jóvenes, de jóvenes que supimos sobrevivir a tanta adversidad y que debe servir de ejemplo a las nuevas generaciones", añadió Paez quien junto a los demás dio una rueda de prensa en un hotel de la capital chilena el mismo donde tuvieron el primer encuentro con sus familiares tras el rescate.
Con motivo del 40 aniversario del terrible impacto del Fairchild de la Fuerza Aérea Uruguaya que los traía a la capital chilena para jugar un encuentro amistoso, todos los supervivientes están de nuevo en Chile para agradecer aquí, el 13 de octubre, la ayuda y la acogida que recibieron tras su salvamento. Cada uno de ellos contaba a la prensa y amigos parte de su historia vivida en el cordón montañoso, cuando de pronto se levantaron de sus asientos y comenzaron a aplaudir con fuerza. En la puerta del salón entraba con dificultad, apoyándose en una muleta, aquel arriero chileno de pocas palabras que les había salvado la vida: Sergio Catalán Martínez. Por algunos minutos y mientras recorría el espacio entre la puerta y la primera fila de butacas y seguido por su mujer, Catalán Martínez, que en aquella inolvidable fecha tenía 45 años, sonreía emocionado hasta las lágrimas sin dejar de mirar a aquellos veteranos, ahora, que cuando los encontró eran unos muchachos de entre 18 y 25 años.
Esta fue una historia de jóvenes que supimos sobrevivir
Javier Methol, que antes de la rueda de prensa señaló que "nada más verlo le dio un abrazo. Es maravilloso. Va a vivir mucho más porque se lo merece. Se merece vivir bien", acotó. Methol, el más viejo de los rugbistas supervivientes y por el que continuamente recibe bromas de sus compañeros, dijo que "realmente somos muy amigos del pueblo chileno en general porque el pueblo chileno se portó maravillosamente bien con nosotros en aquel momento terrible, que lo que más precisábamos era amor y todo el pueblo nos abordó con amor, simpatía y amistad". "Muy lindo, muy lindo y cada vez que venimos aquí sentimos lo mismo", añadió el veterano deportista quién reconoció que más fuerte que la tragedia en la cordillera le pareció la muerte de su esposa.
Cuando se les comenta que su accidente tiene cierta similitud con la odisea vivida en 2010 por 33 mineros chilenos que permanecieron atrapados bajo tierra durante 70 días pero a quienes ya prácticamente se les ha olvidado y cuyo futuro no se ve muy prometedor, varios de ellos coincidieron en señalar que "hay que darle tiempo al tiempo". "Ellos están viviendo ahora mucho en función de lo que les pasó", señaló Ramón Sabella, y agregó que "no es fácil al principio reincorporarse en un trabajo difícil como el de minero".