Durante la mayor parte de este viernes las labores de los buzos quedaron interrumpidas para no poner en peligro sus vidas, aunque a últimas horas del día se retomaron las tareas de inspección en la parte que no se encuentra sumergida, según explicó a medios locales el comandante de la Guardia Costera, Cosimo Nicastro.
El profesor Nicola Costagli, encargado de seguir la evolución de la nave, indicó hoy que el barco registró un movimiento constante durante la noche y las primeras horas de la mañana, por los que se intentaba verificar si se trataba de "un deslizamiento sobre la base o un asentamiento interno de la nave". Asimismo, precisó que la proa se deslizó a mayor velocidad que la popa, alcanzando los 15 milímetros por hora.
Siete días después de que el barco, que pesa 114.500 toneladas, naufragara junto a la región italiana de la Toscana, las esperanzas de encontrar supervivientes casi han desaparecido. Además, el mar está picado y se espera que este fin de semana empeoren las condiciones meteorológicas.
Miedo a un vertido de combustible
Lo que se está analizando ahora es cómo sacar las más de 2.300 toneladas de combustible que contiene el crucero, que está parcialmente hundido y apoyado en una zona rocosa donde podría seguir resbalándose. Solo cuando haya concluido la búsqueda de supervivientes y cadáveres se podrá empezar a sacar el combustible, un proceso que, previsiblemente, durará al menos dos semanas.
El ministro de Medio Ambiente, Corrado Clini, declaró este jueves en el Parlamento que ha ordenado a Costa Cruceros, la empresa responsable del barco, que tome todas las medidas posibles para anclarlo y evitar que siga hundiéndose.
"Esperamos que, si sigue resbalándose, no se rompa en pedazos y no se abran los tanques de combustible", ha comentado Clini. El ministro ha indicado que existe el riesgo de que el crucero se deslice hasta quedar entre 50 y 90 metros por debajo del saliente rocoso donde se apoya.
Se sabe que han muerto once de las más de 4.200 personas que había en el crucero, entre pasajeros y tripulantes, cuando éste chocó contra una roca a solo unos metros de la costa y sufrió un corte profundo en el casco. Hasta 24 personas están desaparecidas, aunque probablemente esa cifra incluye cadáveres que se han encontrado pero no identificado.
La confusa versión del capitán
El capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino, ha sido puesto bajo arresto domiciliario porque le acusan de haber causado el desastre y haber abandonado el barco antes de que finalizase la evacuación. Su abogado dice que ha admitido que acercó demasiado el buque a la costa pero niega ser el único responsable de lo ocurrido y mantiene que hubo otros factores que pudieron haber provocado el accidente.
Costa Cruceros ha suspendido a Schettino y ha señalado que se considera "la parte perjudicada" en el accidente. El canal de televisión SkyTG24 difundió este jueves una grabación de una conversación entre miembros de la Guarda Costera y el puente de mando del crucero en la que, al parecer, los responsables del Costa Concordia aseguraban a las autoridades que tras el impacto solo habían sufrido un apagón de más de media hora.
En una entrevista con el diario 'Il Corriere della Sera', el presidente de Costa Cruceros, Pier Luigi Foschi, ha criticado a Schettino por retrasar la orden de evacuación y ha negado que lo presionasen para que esperase por los costes que podría suponer para la compañía.
"Les aseguro totalmente que nadie pensó en términos económicos. Eso habría sido ir en contra de nuestras normas éticas", ha explicado. Foschi también ha subrayado que la empresa no tenía conocimiento de que algunos capitanes hayan creado una situación de peligro al acercarse demasiado a la costa para saludar.
"No puedo descartar que algunos capitanes, sin habernos informado, se hayan aproximado más a tierra. Sin embargo, puedo afirmar que nunca he tenido conocimiento de que lo hayan hecho sin las condiciones de seguridad necesarias", ha declarado.