Éste ha sido un fin de semana muy tenso para las dos Coreas. Los surcoreanos, apoyados por Estados Unidos, han comenzado ya sus maniobras en el Mar de Japón y, por lo tanto, han plantado cara al régimen de Pyongyang. Corea del Norte había amenazado a Washington con una guerra sagrada si daba este paso.
El portaaviones norteamericano George Washington, de 100.000 toneladas lidera la operación "Espíritu invencible" en las aguas de Japón. Son las maniobras militares conjuntas de Estados Unidos y Corea del Sur. Los dos países han movilizado 8.000 soldados, 20 buques de guerra y 200 aviones de combate. Una manera muy directa de demostrar a Corea del Norte el apoyo incondicional de Washington a Seúl.
En la memoria de los surcoreanos está muy reciente el hundimiento de uno de sus buques, hace cuatro meses, en el que fallecieron casi 50 soldados. Corea del Sur atribuyó la tragedia a un torpedo norcoreano pero Pyongyang negó su responsabilidad una provocación militar a los ojos de los surcoreanos.
Hoy es Corea del Norte la que se siente amenazada y advierte que no dudará en contraatacar utilizando su poder nuclear. Por su parte Estados Unidos se mantiene firme. Hace unos días, la secretaria de estado, Hillary Clinton, anunciaba nuevas sanciones económicas al enemigo del norte y aseguraba que todavía estaban a tiempo de sentarse en la mesa de negociación eso sí, siempre que Corea del Norte renuncie al programa nuclear un precio que, por el momento, el régimen comunista no está dispuesto a pagar.
