El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dedicará su discurso de despedida del cargo, que ofrecerá este martes desde la ciudad de Chicago, a delinear los valores con los que cree que el país debe afrontar los desafíos futuros, según ha adelantado la Casa Blanca.
El próximo día 20 Obama dejará de ser el presidente de los Estados Unidos para cederle el testigo a Donald Trump. Llegó al Gobierno de Estados Unidos con muchas expectativas. Lo que prometía ante todo era sacar al país de la enorme crisis, terminar las guerras y sacar adelante la reforma sanitaria. Más o menos eso está cumplido, pero había muchas más expectativas que ahora se han quedado en el olvido.
A día de hoy, Obama es más popular que cuando ganó las elecciones, pero lo que es indudable es que su lugar en la historia todavía esta por determinar.
Con el lema "Yes, we can (Sí, podemos)", Barack Obama llegó a la Casa Blanca intentando animar a un país deprimido por las consecuencias de los atentados del 11 de Septiembre y una profunda crisis.
Logros también en el exterior, entre ellos haber acabado con Bin Laden y los acuerdos con dos viejos enemigos: Irán y Cuba. El experto indica que "el problema era una cuestión de voluntad política, no de aceptación o no del régimen de los Castro, si no una cuestión de si dos vecinos que tienen que tener relaciones diplomáticas o no".
Pero la política exterior también es la responsable de muchas de sus sombras. Ni ha podido cerrar Guantánamo como prometió, ni sacar a las tropas totalmente de Irak y de Afganistán. También se le achaca el no haber sabido atajar a Daesh y no haber intervenido a tiempo en Siria. La guerra en este país, sumada a la crisis en Ucrania, han generado una nueva guerra fria entre Moscú y Washington.
En Estados Unidos, Obama no ha podido erradicar la violencia por armas de fuego por las que mueren más de 30.000 personas al año. A pesar de todo, dejará el puesto con un Nobel de la Paz, que le sorprendió hasta a él mismo, y con un 55% de respaldo.