Anders Breivik

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JUICIO AL ASESINO DE UTOYA

Una testigo asegura que Breivik "gritó de alegría" mientras disparaba

La responsable de organizar el campamento anual de las AUF en Utøya, que sobrevivió gracias a que se hizo pasar por muerta, afirma que no vio el rostro de Breivik pero está segura que era él quien emitía esos sonidos.

La secretaria general de las Juventudes Laboristas noruegas, Tonje Brenna, declaró en el juicio al ultraderechista Anders Behring Breivik que éste dio "gritos de alegría" mientras disparaba en la matanza de la isla de Utøya, al oeste de Oslo, en la que murieron 69 personas el pasado 22 de julio.

"No sé si fue la primera o la última vez que nos disparó, pero estoy segura de que escuché gritos o estallidos de satisfacción cuando disparaba", dijo Brenna, según la transcripción de la televisión pública noruega NRK.

"Vi como dos personas caían ante mi y otra me gritó que corriera", afirma

Brenna declaró, en la primera comparecencia de un superviviente de Utøya, que no tenía dudas de que Breivik había sido el autor de los gritos, ya que ninguna otra persona en la isla tenía motivos para emitir tales sonidos, a pesar de que no quiso ver su rostro. "No quería tener más recuerdos de quien o quienes estaban detrás que los absolutamente necesarios", afirmó Brenna, que sólo pensó en "cerrar los ojos y agacharme".

La joven de 24 años, una de las responsables de organizar el campamento anual de las AUF en Utøya, sobrevivió a la matanza haciéndose pasar por muerta sobre la roca de un acantilado, debajo de un camino donde Breivik mató a una decena de personas y disparó varias veces contra otras que se lanzaban al agua o trataban de esconderse.

"De repente cae una persona a nuestro lado. Entiendo que ha muerto al instante y sé quién es", relató Brenna, quien dijo que estuvo acurrucada en un hueco de la montaña junto a otra joven malherida, a quien trataba de mantener consciente y que finalmente sobrevivió.

"La gente se lanzaba al agua o trataba de esconderse", declaró

Debajo de ellas, vio a otro joven moribundo, mientras escuchaba gritos de ayuda y teléfonos móviles que sonaban constantemente, en una tarde "lluviosa, fría y con sangre por todas partes".

Minutos antes, Brenna estaba fuera de la cafetería hablando por teléfono cuando empezó a escuchar lo que creía eran "fuegos artificiales", por lo que decidió caminar en esa dirección, hasta que de repente vio cómo dos personas caían por disparos delante de ella y se encontró con otra gritándole que corriera para salvarse, según explicó la testigo.

Al acabar su declaración, Breivik trató de hacerle unas preguntas a la testigo sobre la ideología de AUF, pero resaltó que el tribunal no le había dejado en nombre de la "corrección política".

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