Guerra Rusia y Ucrania

El tortuoso pasado entre Finlandia y la Unión Soviética y su intención de adhesión refuerza aún más a la OTAN

Finlandia quiere entrar en la OTAN, pero Rusia advierte que habrá consecuencias si esto ocurre.

El tortuoso pasado entre Finlandia y la Unión Soviética y su intención de adhesión refuerza aún más a la OTAN

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Finlandia está un paso más cerca de ingresar en la OTAN. El lunes se iniciará el debate en el parlamento finlandés, donde la mayoría de los partidos están a favor de la adhesión. La entrada del país en la Alianza Atlántica incrementaría el fortalecimiento de la seguridad en la región del Mar Báltico y el norte de Europa.

"Ser miembro de la OTAN reforzaría a la Alianza en su conjunto. Finlandia debe ser candidata a la adhesión sin demora", han subrayado en comunicado común el presidente, Sauli Niinisto, y la primera ministra, Sanna Marin.

Una línea roja para Putin

Sin embargo, esta ampliación del organismo y la posibilidad de que también se sume Suecia es para Vladímir Putin una "amenaza", una línea roja que no se debe cruzar. De hecho, a mediados de abril el líder del Kremlin se mostró tajante y anunció undespliegue nuclear en el Báltico si se producía esta asociación entre los países nórdicos y el bloque atlántico. Este jueves, Moscú ha vuelto a insistir en esta advertencia y ha prometido adoptar "medidas de respuesta tanto técnico-militares como de otra clase con el fin de contrarrestar las amenazas que han surgido para la seguridad nacional".

Se acabó la finlandización

La decisión de Finlandia pone fin a décadas de neutralidad. A pesar de que comparte una frontera de 1.300 kilómetros con Rusia, las relaciones entre ambos territorios han sido complicadas. Con el Armisticio de Moscú, a finales de 1944, Finlandia perdió ante la Unión Soviética un 10% de su territorio. De hecho, los finlandeses se vieron obligados a ceder tres territorios: Carelia, Salla y Petsamo.

Con la disolución de la URSS, el país nórdico ingresó en la Unión Europea y desde 1994 colabora con la OTAN. En 2014 las relaciones entre Helsinki y Moscú volvieron a fracturarse después de la anexión de la república de Crimea por parte de los rusos. El eco del pasado ha hecho que el temor a una invasión como la de Ucrania no se haya disipado del todo en Finlandia. Prueba de ello es que casi uno de sus cinco millones y medio de habitantes son reservistas del Ejército.

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