Las calles de La Habana muestran una absoluta normalidad pocas horas después de que se conociera la muerte del expresidente y líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien falleció el viernes en esta ciudad a los 90 años.
Como es habitual durante la noche de los viernes y los fines de semana, el emblemático malecón habanero es punto de reunión de cubanos que acuden a charlar con amigos y familiares junto al mar, a escuchar música o a pasear, y en el lugar, todavía casi nadie parece conocer la noticia.
La alocución televisiva del presidente cubano, Raúl Castro, informando sobre la muerte de su hermano Fidel tuvo lugar al filo de la media noche, una hora a la que muchos cubanos ya se han ido a dormir. Además, la intervención del mandatario en el canal estatal se produjo sin aviso previo que pusiera en guardia a la audiencia, a diferencia de lo que ocurrió en otras ocasiones relevantes como el anuncio de la normalización de relaciones diplomáticas con Estados Unidos el 17 de diciembre del 2014.
Tampoco los turistas que pasean por La Habana dieron muestras de conocer la noticia, e incluso algunos jóvenes cubanos que se encontraban en la calle acogieron la noticia con incredulidad y después la descartaron pensando que se trataba de una broma. La circulación en la ciudad se desarrolla asimismo con fluidez y sin cortes.
En cambio, cientos de personas han salido esta madrugada a las calles de Miami para celebrar la muerte esta pasada noche del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
La mayor parte se ha congregado en la zona de la Pequeña Habana, donde la Policía de Miami ha cerrado las calles cercanas al Restaurante Versailles, en la Calle Ocho, lugar en el que cientos de cientos de personas con cacerolas y tambores gritaban: "Libertad para Cuba".
"Fidel, tirano, llévate a tu hermano", en referencia al actual presidente cubano Raúl Castro, ha sido una de las consignas más repetidas, al paso de conductores que hacían sonar incesantemente sus cláxons, al ritmo del cantante exiliado Willy Chirino. "Ojalá mi padre estuviera aquí para poder ver esto", ha declarado al 'Miami Herald' Abraham Quintero, de 27 años, quien se unió a los festejos en la calle 49 del West y Ludlam Road, en Hialeah.