La llamada "jungla" agrupa, según el último censo gubernamental, a 6.900 personas a la espera de cruzar al Reino Unido o de pedir asilo, pero el sindicato mayoritario de la policía, Alliance, eleva esa cifra hasta las cerca de 10.000.
Una doble operación de ralentización del tráfico desde Loon Plage y Boulogne sur Mer con destino final en Calais, y una cadena humana de unas 400 personas escenificaron el rechazo a los efectos económicos negativos de su presencia y a las intrusiones de inmigrantes en el puerto.
"Somos transportistas, no traficantes de inmigrantes. Liberemos Calais todos juntos", se podía leer en un cartel colgado en uno de los camiones que se unieron a la marcha en las carreteras locales, en las que participaron cerca de un centenar de camiones y tractores.
El colectivo de empresas y comercios de Calais, agricultores, la Federación Nacional de Transportistas y los sindicatos CGT y SCP Police se encuentran detrás de esta jornada, apoyada por la alcaldesa deCalais, la conservadora Natacha Bouchart.
La parte sur de la "jungla" fue desmantelada en marzo y está pendiente la zona norte. En su visita el viernes a la ciudad, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, aseguró que se iba a hacer progresivamente y "lo antes posible". "Son promesas repetitivas", indicaron varios camioneros, que lamentaron que no se haya fijado un plazo.
Los transportistas se quejan de que los inmigrantes provocan bloqueos en las carreteras para forzar a los camiones a pararse e intentar entonces esconderse en su interior; y los agricultores denuncian que frenan esos vehículos poniendo como obstáculos árboles arrancados de sus plantaciones.
"La situación aquí es una verdadera olla a presión. Si las autoridades públicas no hacen nada, esto corre el riesgo de acabar en drama", dijo hoy uno Xavier Foissey, uno de esos agricultores, a la emisora "France Info".
Los participantes en la protesta, que provocó embotellamientos y obligó a programar desvíos en la autovía, llevaban camisetas en las que se mostraba con un corazón "Amo Calais", y pancartas en las que apelaban a defender "nuestra ciudad, nuestro puerto, nuestros comercios y nuestros empleos".