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EL ACUSADO ACUDIRÁ AL SUPREMO
Un tribunal de Bangkok mantiene la pena capital para el español Artur Segarra, condenado a muerte por el asesinato de otro español
El español Artur Segarra ha sido condenado a muerte por el asesinato en 2016 del también catalán David Bernat.La investigación policial encontró rastros de sangre que coinciden con el ADN de Bernat en el baño del apartamento de Segarra.
Un tribunal de apelación de Bangkok ha decidido mantener la pena capital para el catalán Artur Segarra, condenado a muerte por el asesinato en 2016 del también catalán David Bernat, al encontrar "sin fundamento" el recurso presentado.
Segarra ha señalado que acudirá al Tribunal Supremo, máxima instancia judicial de Tailandia y último recurso de apelación, en busca de la revocación de la sentencia. El magistrado ha encontrado "infundadas" las alegaciones de Segarra y ha considerado válidas las pruebas y testimonios recabados por la Policía sobre el crimen, que ya fueron aceptadas por un tribunal de primer instancia en 2017, cuando se sentenció al español.
Durante la lectura de la decisión de apelación, que ha durado unos 10 minutos, el juez ha mantenido la "culpabilidad" del acusado y el "castigo" a la pena capital, práctica que se realiza en Tailandia mediante una inyección letal. El condenado ha escuchado el dictamen encadenado y con rostro serio y ha reclamado tras la vista acudir a un hospital.
Tras la decisión de Tribunal Supremo la sentencia será en firme. El principal punto de la Defensa es que Segarra "lo niega todo", ha indicado el representante legal del español. Segarra mantiene su alegato de inocencia, en una carta enviada, y apunta hacia su excompañera sentimental, la tailandesa Pritsana Saen-ubon, como la responsable del crimen, que se cometió en enero de 2016, en connivencia de la Policía, a la que acusa de "manipular" parte de las pruebas presentadas en su contra. En abril de 2017, un tribunal de justicia de Bangkok encontró a Segarra culpable de asesinato y lo sentenció a muerte.
El español también fue culpado de otros doce delitos -secuestro, tortura y robo, entre otros- motivados, según el dictamen, para robar el dinero -cientos de miles de dólares-, que la víctima tenía en una cuenta corriente en Singapur.
Segarra -quien llegó a Tailandia como fugitivo de la justicia española por su supuesta implicación en una estafa a unos noventa jubilados-, esta encarcelado en la prisión de máxima seguridad de Klong Prem, en el norte de Bangkok. Según la investigación policial, Segarra secuestró a Bernat el 19 de enero de 2016 y le retuvo durante siete días en el apartamento que tenía alquilado en Bangkok, donde ocurrió el asesinato.
Bernat tenía 39 años, trabajaba de ingeniero y consultor en telecomunicaciones en Teherán, pasaba temporadas en Bangkok y tenía una buena posición económica, como apuntaba el hecho de que presumiera de la noche tailandesa con sus amigos, entre ellos Segarra.
Las autoridades encontraron el 30 de enero en el río bangkokiano Chao Phraya el cadáver de Bernat descuartizado. La Policía identificó a Segarra como el principal sospechoso el 5 de febrero. El español, tras ser reconocido en un restaurante de la provincia de Surin (este), emprendió la huida a Camboya, donde fue detenido dos días después y entregado a las autoridades tailandesas el 8 de febrero.
La investigación policial encontró rastros de sangre que coinciden con el ADN de Bernat en el baño del apartamento de Segarra. En otra vivienda alquilada por Segarra y su exnovia, descubrieron una sierra eléctrica con la que creen que desmembró el cadáver.
La Policía también expuso fotografías y capturas de vídeo donde aparecen juntos Segarra y la víctima antes de la desaparición del segundo. Otras imágenes muestran a Segarra saliendo de su apartamento a altas horas de la madrugada con un gran paquete -que las autoridades creen era el cuerpo- y regresando sin el.
Los investigadores no han podido precisar dónde se arrojaron al río los restos mortales que luego aparecieron en distintos tramos. Tailandia anunció a principios de junio de este año la ejecución de un preso de 26 años condenado a la pena capital por robo con asesinato, y levantó así la moratoria en las ejecuciones que ha durado más de nueve años. Más de 500 personas se encuentran en el corredor de la muerte en Tailandia, según cifras de Amnistía Internacional.
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