El magnate Donald Trump noqueó en las primarias presidenciales republicanas al senador por Florida Marco Rubio, a quien ganó en casa durante una noche de primarias en la que el senador Ted Cruz hizo gala de resistencia y Hillary Clinton se afianzó como favorita para la nominación demócrata. "Ha sido maravilloso ganar Florida, mi segundo hogar", presumió Trump en una multitudinaria celebración en Palm Beach, en Florida, estado que junto a Ohio estaba entre los más codiciados por los republicanos, pues en ellos el ganador se adjudica todos los delegados encargados de elegir al candidato presidencial. "Rubio ha sido un rival duro, hizo una gran campaña, es muy inteligente y tiene un gran futuro", reconoció Trump.
Con el 100% del voto escrutado, Clinton se impuso a Sanders por tan sólo unos 1.500 votos
Tras la dolorosa derrota en su estado natal, Rubio, senador de origen cubano, tuvo que abandonar la carrera presidencial, de forma que ahora las esperanzas del "establishment" (aparato) del Partido Republicano se trasladan al gobernador de Ohio John Kasich, que hoy, jugando en casa, logró arrebatar este estado a Trump. "La campaña continúa", destacó Kasich en su discurso de victoria, que ahora mira al resto de primarias con el objetivo de lograr un buen puesto de cara a la convención nacional republicana de julio, en donde los republicanos podrían llegar sin un candidato con los delegados suficientes como para garantizar su candidatura.
Este escenario, que no se produce desde 1976, daría a los delegados libertad de voto y abriría las puertas a que surgiera un nuevo candidato que no haya participado en las primarias. Aunque la derrota de Ohio supone un duro golpe a Trump, que suma más de 620 de los 1.237 delegados necesarios, el millonario sigue en cabeza Trump y hoy se llevó la victoria en tres de los cinco estados que celebraban primarias: Florida, Illinois y Carolina del Norte.
En la carrera demócrata, destacó la victoria de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton que ganó Florida, Illinois, Carolina del Norte y Ohio, lo que supone un fuerte golpe para su rival, el senador Bernie Sanders, que confiaba en ganar fuerza en los estados más afectados por la crisis económica del cinturón industrial del país. Especialmente, el triunfo en Ohio, uno de los estados cruciales en las elecciones generales, supuso un alivio para la campaña de la ex primera dama, que había visto crecer en las encuestas a Sanders tras su victoria por sorpresa el pasado 8 de marzo en Michigan, otro estado del medio oeste industrial de EEUU.
"Nuestro comandante en jefe tiene que ser capaz de defender nuestro país, no avergonzarlo", subrayó Clinton en un multitudinario evento de celebración en West Palm Beach (Florida) y en clara alusión a Trump, a quien aprovechó para atacar por sus beligerantes posiciones en inmigración y política exterior.
Votaron los estados de Carolina del Norte, Misuri, Illinois, Florida y Ohio
En el quinto estado en liza, Misuri (centro de EEUU), tanto los demócratas como los republicanos se mantuvieron en un virtual empate en sendas contiendas que terminaron sin vencedores claros y en las que posiblemente se procederá a un recuento. Con el 100% del voto escrutado, Clinton se impuso a Sanders por tan sólo unos 1.500 votos; mientras que entre los republicanos el magnate Donald Trump ganó al senador por Texas Ted Cruz por una diferencia similar, de 1.600 papeletas.
Ambos márgenes son tan estrechos que los aspirantes podrían exigir un recuento y ningún medio estadounidense se atrevió a proyectar un ganador en la madrugada del miércoles. En este capítulo de la campaña, Cruz había concentrado la mayoría de sus esfuerzos en Misuri así como en Illinois y Carolina del Norte, estados estos dos últimos donde quedó segundo por detrás de Trump y en los que podrá arañar un buen número de delegados que le permitirán seguir luchando por la nominación.
En esta jornada, una de las más decisivas de la temporada de primarias, votaron los estados de Carolina del Norte, Misuri, Illinois, Florida y Ohio, con 367 delegados en juego para los republicanos y 691 para los demócratas, de los 1.237 y 2.383 necesarios para asegurar la nominación, respectivamente.