Trump tiene via libre para transformar Estados Unidos

Han pasado ya dos noches desde que DonaldTrump se proclamó ganador en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre y, de momento, ha dado pocas pistas sobre los fundamentos sobre los que se asentará su segunda presidencia. Tampoco ha explicado por qué considera que su triunfo en las urnas supondrá el inicio de una época dorada en Estados Unidos.

Trump descansa y saborea la victoria estos días en su mansión de Mar a Lago antes de una vorágine de toma de decisiones. Según publica el diario estadounidense The Washington Post, el equipo de Trump ya ha identificados a algunos perfiles para repartirlos en puestos importantes. Asegura que el multimillonario John Paulson y el asesor económico Scott Bessent suenan como candidatos para ser el secretario del Tesoro. Según esas mismas fuentes, el senador Marco Rubio y el director interino de la inteligencia nacional, Richard Grenell estarían en las quinielas para ser el jefe de diplomacia del país.

Pero la pregunta que todo el mundo se hace es en qué se diferenciará su segunda presidencia de la primera teniendo en cuenta que hay promesas que son exactamente las mismas y que no las cumplió durante su primer mandato. Un buen ejemplo de ello es su retórica contra los inmigrantes. En 2016 prometió cerrar la frontera con México mediante la construcción de un muro que no pudo terminar. Ahora insiste en esa misma idea.

La ventaja para Trump es que con el control del Senado, su mayoría en la Cámara de Representantes además del apoyo del voto popular, quizás podría tener más opciones de cumplir sus promesas. Unas promesas que van desde la deportación masiva de migrantes al final de la guerra de Ucrania, sin decir a qué precio, y varias promesas económicas como una bajada de la inflación, un recorte de impuestos e incluso la imposición de aranceles a productos extranjeros.

Uno de los grandes problemas que señalan los expertos es pese a que sale reforzado en su poder político, no ha dado ni una sola pista, ni un solo indicio sobre cómo va a llevar a cabo esas promesas. Los analistas consideran que sus promesas podrían chocar con desafíos legales que podrían paralizarlos o retrasarlos de forma indefinida.

Uno de las propuestas más difíciles de mantener es la imposición de aranceles. Trump propone un 20% a todos los países y de un 70% para China y un 76% en México. Para lograr ese cambio, el magnate necesita el voto favorable del Congreso. Será difícil que la consiga pero lo que está claro que es que Trump vuelve con ganas de resarcirse de los UE no pudo lograr durante su primer mandato.

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