La ultraderecha encarnada por el partido Foro para la Democracia (FvD) se alza como primera fuera en el Senado de Holanda. Con un total de 13 escaños han desplazado a los liberales del VVD de su primer puesto en la cámara.
Con el 98 % de los votos contados, la coalición del Gobierno ha sufrido un gran golpe electoral y sus cuatro miembros han perdido apoyos y senadores: el Partido Popular para la Libertad y Democracia (VVD) tendrá 13 escaños, la Llamada Democristiana (CDA) 9, los Demócratas 66 (D66) se queda con 6 y la Unión Cristiana sube un punto y obtiene 4 senadores.
Hasta las elecciones de 2022, el Ejecutivo de Rutte tendrá que lidiar con la inestabilidad política porque ya no tiene garantizada la mayoría en el Senado para aprobar sus proyectos de ley, y solo podrá hacerlo si logra convencer a algunos partidos de la oposición para dar su apoyo a los temas más conflictivos.
Los grupos más proclives a sentarse a la mesa con la actual coalición de gobierno son, por un lado, la izquierda verde Groenlinks, con nueve senadores, pero que tuvo un fracaso muy sonado en 2017 cuando intentó formar un Ejecutivo con VVD, CDA y D66 por desacuerdos en temas de inmigración y medio ambiente.
Por otro lado, están los socialdemócratas del PvdA, que cuentan con tres escaños en el Senado y que han sido socios de Rutte en la anterior legislatura, una decisión que han pagado con casi la mitad de sus votantes, por lo que su actividad política está más centrada en la regeneración interna y en mostrar distancia de los liberales.