Benjamín vive en Múnich y ha tomado la decisión de lanzarse al río para llegar hasta su trabajo.
Cada mañana mete su ropa, su teléfono y sus documentos en una mochila impermeable, se enfunda un traje de neopreno y se deja llevar. Tiene hasta animadores a su paso, que le aplauden y le dan ánimo.
Afirma que gana tiempo yendo nadando y la ducha, al menos, se la puede ahorrar. Además seguro que llega totalmente despejado a su puesto de trabajo.