José San Martín, investigador de técnicas de inteligencia y terrorismo, ha explicado cómo, en el atentado de Niza, "se ha incorporado lo cotidiano dentro del terror", y así se ha conseguido "provocar una multiplicación del efecto pánico en la sociedad".
Dice que el autor de la masacre "no estaba cualificado para manejar ese tipo de vehículo", por lo que cree que tuvo que ser apoyado desde fuera: "Ha habido un inductor intelectual que puede estar a miles de kilómetros". "Por lo menos tiene que haber otra persona al tanto de la operación", y éste sería quien le instruyó, considera.
En una entrevista en Espejo Público, indica que el autor del ataque, Mohamed Lahouaiej ha pasado de ser "un elemento perdido de la sociedad, un delincuente", a "un héroe" en los círculos yihadistas.
Asimismo, apunta que "la escenografía es clave" para provocar un atentado. "Ha de ser un lugar en el que haya muchos teléfonos móviles y muchas cámaras que multipliquen el efecto pavor: el miedo es la clave".
Insiste en la idea de que "el atentado responde a una organización dentro de una escalada" y "va a haber más atentados, y peores, que el de Niza; habrá objetivos más vulnerables e indefensos". Por ello, dice que "tenemos que estar preparados para ello".
Cree que "Occidente lo tiene muy complicado" y en su opinión, "las fuerzas de seguridad del Estado deberían poder disponer de más medios materiales y legales". "Estamos en una escalada en la que Daesh o Al Qaeda van a desarrollar este tipo de atentados con mayor crueldad", apunta.
Por último, ha indicado que el autor de la masacre "estaba teledirigido", podría ser incluso desde fuera del país. En su opinión, un 'cerebro' ha recurrido "a un pobre diablo en Europa que esté dispuesto a sacrificarse" y "hasta que no se destruya el 'cerebro', vamos a tener atentados: hay que ir contra sicario y cerebros".
