La participación en estas elecciones en Estados Unidos fue la más alta en 120 años, y a la espera de conocer el resultado, el candidato demócrata, Joe Biden, ya ha batido el récord de ostentaba Barack Obama al convertirse en el aspirante presidencial que ha recibido más votos en la historia del país. Según las estimaciones actualizadas por el independiente US Election Project, al menos el 66,7% de los estadounidenses con derecho a voto participaron en las elecciones, la tasa más alta desde 1900, cuando ese índice fue del 73,7 %.
Casi 160 millones de los casi 238 millones de estadounidenses con derecho a voto acudieron a las urnas o enviaron su voto por correo en estas elecciones, un auge notable respecto a los casi 139 millones de sufragios que se emitieron en las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos, en 2016. La división de opiniones es palpable en todas las calles, incluso en Florida, donde ha ganado claramente Trump.
Pocas movilizaciones
La capital estadounidense, donde centenares de personas aguardaron en los alrededores de la Casa Blanca hasta altas horas de la noche por las primeras proyecciones de la votación, amaneció "sin odio, sin miedo, cada voto cuenta aquí", como coreaba un nutrido grupo de personas cuyo recorrido obligó a interrumpir el tránsito por distintas arterias de la ciudad. Portando pancartas de distintos tamaños, los mensajes eran contundentes: "Este es un acto de democracia", "El pueblo ha hablado", "No nos silenciarás". En medio del bullicioso recorrido, los gritos también recordaron las consignas que se escucharon en las semanas siguientes a la muerte, en mayo pasado, del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco. "Sin justicia no hay paz", "Di su nombre" o "Defund the Police" (Retiren los fondos a la Policía), repetían.
Nueva York
Con la mayoría de las tiendas en la comercial 5ª avenida de Manhattan acorazadas con paneles de madera, Nueva York se preparaba también para nuevas movilizaciones. Hasta nueve manifestaciones con lemas como "Rechaza el fascismo" o "No dejemos que Trump robe las elecciones" han sido convocadas en los distritos de Brooklyn, Manhattan y Queens. Estas protestas han sido organizadas por grupos de izquierda que también lideraron las movilizaciones antirracistas y contra la brutalidad policial los pasados meses de mayo y junio.
California
También en Los Ángeles, después de que el martes se dieran solo unas pequeñas protestas sin mayor eco ni incidentes reseñables, Black Lives Matter ha convocado una concentración en el centro de la ciudad californiana para decir adiós a la fiscal del condado angelino, Jackie Lacey Lacey fue la primera mujer y la primera persona afroamericana en liderar la fiscalía del condado de Los Ángeles, pero ha sido muy criticada por activistas negros debido a su presunta inacción a la hora de investigar los casos sospechosos de brutalidad policial.
Planes antiviolencia
Y mientras Michigan se convirtió en el segundo estado, después de Wisconsin, donde la campaña de reelección de Trump ha presentado una demanda ante un tribunal para exigir que se detenga el recuento de votos, los manifestantes se preparaban para salir en las localidades de Ferndale, Brighton, Ann Arbor, Lansing y Grand Rapids. En Detroit, la gran ciudad de Michigan y antiguo centro mundial de la industria automotriz, las redes sociales reportaron una pequeña marcha. Por otra parte, en previsión de cualquier alteración del orden público, la gobernadora de Oregón, Kate Brown, extendió la vigencia en la ciudad de Portland de un plan para evitar actos de violencia y garantizar el derecho a la libertad de expresión mientras se desarrolla el conteo de votos.
Portland fue escenario en semanas pasadas de marchas organizadas por el grupo de extrema derecha "Proud Boys" (Chicos orgullosos, en inglés) -al que el mandatario estadounidense pidió en septiembre pasado que "diera un paso atrás y permaneciera preparado" ante posibles disturbios raciales- y activistas del movimiento "Black Lives Matter" (Las vidas negras importan).