La Unión Europea alcanza un acuerdo para sancionar a Irán por la violencia contra los manifestantes

La muerte de Mahsa Amini sacudió a Irán, y lo hizo como nunca. Una joven detenida por la 'policía de la moral' que llevaba mal puesto el velo terminó falleciendo por causas que se diferencian en dos versiones. Mientras el régimen insiste en que fue por causas naturales, sus familiares aseguran que la golpearon hasta matarla. Ello ha desatado una auténtica revolución a base de protestas, las mayores en la historia de la República Islámica, desde el año 1979.

Sin embargo, el régimen ayatolá no ha dado muestras de compasión alguna y ha ordenado una violenta represión contra los manifestantes, que se ha cobrado ya hasta 201 vidas, según indica una ONG. Por ello, la Unión Europea ya ha anunciado un principio de acuerdo que sancionará a las autoridades iraníes, en respuesta a su cruda respuesta a las protestas, que no cesan, mientras el régimen continúa imponiendo por la fuerza su violenta ley.

Entre esas medidas, se congelarán todos los activos que tenga Irán en cualquiera de los países que pertenezcan a la Unión Europea, y se prohibirá la entrada a esos mismos países a diez personas de los altos mandos de Irán. Será el primer paquete de sanciones, aunque no se descarta que haya más en el futuro. Los líderes de la Unión Europea permanecen, por ahora, atentos a la evolución de los acontecimientos, apoyando a las mujeres iraníes que se rebelan contra los gobernantes.

Máxima tensión

Una de las imágenes que más sorprendió en estos días pasados fue el hackeo de una señal de televisión iraní que estaba en directo, cuando el Líder Supremo de Irán, Alí Jamenei, estaba dando un discurso a todos los habitantes de su país. El pirateo de la señal mostró a Jamenei con un punto de mira en la frente, como si fuera a ser disparado por un francotirador, y en llamas. Las autoridades aún no comprenden cómo pudo pasar esto, y quién estaba detrás del ciberataque.

Mientras las protestas en Irán están a punto de cumplir un mes, la situación en el país sigue siendo sumamente tensa y hay preocupación entre los gobernantes del país por la posibilidad de que la revolución social conduzca a un cambio total en las políticas que ahora ejercen sobre la población. La población, por su parte, no se achanta y ya lo avisa en la calle: la revolución ha venido para quedarse, y para cambiar las cosas tras 43 años.

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