Por primera vez en su historia, Palestina quiere romper con su aislamiento internacional y pasar a ser el Estado número 194 de Naciones Unidas.
Una iniciativa sin precedentes que en caso de producirse supondría un reconocimiento histórico que permitiría a Palestina jugar en igualdad de condiciones su partido más importante: la reanudación del proceso de paz con el eterno rival, Israel.
Para eso, los palestinos necesitan 9 votos a favor sobre un total de 15 y ningún veto de los países permanentes: Francia, Gran Bretaña, China, Rusia y Estados Unidos.
Su presidente, Mahmud Abbas, se ha entrevistado con dirigentes de los países miembro para lograr 'in extremis', el ansiado sillón que representa el escaño de las Naciones Unidas.
Un gran esfuerzo diplomático boicoteado por la oposición férrea de los Estados Unidos, y es que a pesar de las declaraciones de su presidente, Barack Obama que afirmó querer un Estado palestino para la ONU en 2011, es 'vox populi' la política estadounidense en la sombra y su ya tradicional alineación con el bloque israelí.
Lo cierto es que una negativa daría al traste con una lucha histórica que por fin podría materializarse en un acto de justicia.
